No dejo de pensar en el caso de Debanhi Escobar

Publicado el 23 abril 2022 por Sylvia

Quería escribir sobre lo bueno que es tener la terapia de mi hija y cómo nos da luz su terapeuta; pero no dejo de pensar en el caso de Debanhi Escobar.

En mis redes aparecen opiniones y busco en las noticias si algo más se supo -y se dijo- mientras yo lavaba calcetines o preparaba la comida... 

En trece días buscando a esta joven aparecen cinco cadáveres de mujeres (de los cuales, cuatro son de menores de edad); el sexto "aparece" ayer por la noche en un sitio donde ya habían buscado; el papá de Debanhi la reconoce. Esto es: En trece días aparecen seis cadáveres. Seis mujeres muertas. Así nomás: pasábamos por aquí y aparecieron estos cuerpos de mujeres a las que no habíamos buscado bien.

Unos casos se hacen mediáticos, otros no: son tratados como si no importaran. Entre las variables que influyen para que ocurra de una u otra manera está la situación socioeconómica de la víctima.  

En el caso de Debanhi, de pronto su cuerpo está en un lugar donde ya habían buscado...

Hace años conocí la expresión "incompetencia criminal", pero no tengo suficiente preparación para ahondar en eso.

Voy a hablar respecto a lo que si tengo suficiencia para tratar, aunque no sea sino una opinión en un blog personal. 

Me preocupa lo que veo en mis redes -que por supuesto, no es representativo de "las redes"-: mensajes del tipo de "papás, mamás, cuiden a sus hijas", "hijas, déjense cuidar", "no es cosa de hombres contra mujeres sino de gente mala contra gente buena", "también está desaparecida Fulanita, que no se fue de fiesta", "no hay amigas".

Claro que hay que cuidar a las hijas, a los hijos; pero ¿eso debería estar en el centro en una situación de violencia desbordada? Los cuidados para evitar que ocurran estas cosas, enfocando la responsabilidad de los cuidadores, se dirigen básicamente a limitar la libertad de las personas en riesgo. Este mismo mes, en Querétaro, una niña de seis años fue asesinada cuando salió a la papelería; las noticias detallaron que la mamá no fue con la niña porque loquesea. El punto debería ser que un tipo abusó sexualmente de una niña y la mató.  Lo que es criminal no es que haya salido sola. 

Debería haber un escándalo por la grotesca impunidad que se desprende de las cifras sobre mujeres agredidas, desaparecidas, muertas. 

Y no es cuestión de "hombres contra mujeres", pero sí es una situación donde las categorías "hombre" y "mujer" importan. 

¡Gran descubrimiento, que hay mujeres malas! 

Hay mujeres malas, mujeres violentas, mujeres asesinas, etc.; pero los crímenes con tinte sexual que acaban en la muerte de una mujer son cometidos, en su mayoría, por hombres. Hay otras violencias, otros crímenes; hablando de los crímenes con tinte sexual que acaban en la muerte de una niña o mujer, los victimarios son, en su mayoría, hombres. ¿Que puede haber mujeres coludidas? Sí; eso no niega lo anterior. Y ver con claridad lo que ocurre es importante. Los hombres saben que pueden violar y matar con poco riesgo de sufrir consecuencias por ello. Los hombres decentes que nunca lo harían también podrían hacerlo prácticamente sin consecuencias. Deberían estar indignados de tener esa "prerrogativa".

Pero las razones que indignan a la gente son otras... Personas de buena fe publican o replican mensajes donde implícitamente se categoriza a las víctimas: que la otra no fue a una fiesta, que había ido a trabajar, como si por haber ido a trabajar "mereciera menos" ser violentada, como si fuera cuestión de "merecer". Expresiones como las que refiero al pedir atención y justicia para determinada persona, revictimizan a otras y adjudican  a quienes cumplen con ciertas características, una especie de mérito para no ser violentadas.

Y por otra parte, en el tema de "hombres" y "mujeres", está el asunto de las "amigas", tan doloroso...

En el caso de Debanhi: se fueron juntas a una fiesta y no salieron juntas de la fiesta: le enviaron un taxi -o equivalente- a la que se quedó -o a la que dejaron-. 

Y eso no se hace.

Es complicado hablar de lo que hicieron o dejaron de hacer en un país donde todavía hay inclinación por responsabilizar a cualquiera antes de señalar y vilipendiar al agresor y a quienes deberían hacer justicia, así que no voy a hablar de ellas o de sus actos, sino de las amistades en general.

He leído varios comentarios alrededor de la idea de que no existen las amigas. Y sí existen. Hay gente que no tiene amigas, hay amigas que son malas personas y también hay quienes se hacen pasar por amigas y no lo son; pero eso no significa que no haya amigas. Las hay que se levantan en la noche para ir a buscarnos a una fiesta donde hicimos cosas que no debíamos y acabamos mal -gracias toda la vida, Alejandra-. Las hay que cometen errores. Y hasta quienes sí eran amigas y traicionan, dejando de serlo. Pero decir que no hay amigas, que no hay que confiar en nadie... En todo caso, creo que hay que educar para desarrollar el criterio. 

¿En quién se puede confiar?

Leo comentarios advirtiendo que solo se puede confiar en la familia, pero apenas una revisadita a los datos sobre abuso físico y sexual nos dejan ver que "la familia" no es lo que se romantiza que es. Ni todos los padres y las madres aman y cuidan a sus crías, ni todos los padres y las madres que aman cuidan efectivamente. Y no son una rarísima excepción quienes no aman y no cuidan. Pero dado que en las autoridades no se puede confiar, habrá que apelar a las personas decentes y así como está configurada nuestra sociedad, en nuestra cultura, parece que toca hablar a los papás y a las mamás...

Ojalá las medidas ¿ciudadanas? de seguridad que van enriqueciendo la conversación pública no desvíen la atención del hecho de que hay un Estado que no garantiza nuestro derecho a una vida libre de violencia. Una niña debería poder ir sola a la papelería y las mujeres deberíamos poder ir solas a donde sea.

Silvia Parque