Revista Diario

"no es dinero fácil"

Publicado el 26 febrero 2013 por Lunaxx7

                                                                                        
La prostitución es el oficio más antiguo del mundo, puede ser, pero no es dinero fácil. De fácil te aseguro que no tiene nada.
Cuando te sucede el abuso, cuando eres niño/a, algo cambia en tu cerebro. Te has saltado varios escalones para subir a un crecimiento de tu sexualidad correcto. Ya no lo es. Se distorsiona completamente. O lo aborreces, te da pánico, o abogas por todo lo contrario, la promiscuidad, con o sin intercambio de dinero de por medio.
Hace un par de meses, leí un articulo, de una chica scort, y se jactaba de lo feliz que se sentía de vender su cuerpo, de tener a los hombres postrados a sus pies. Me recordó a mi hace años. Me recuerdo también pronunciando más o menos estas palabras. Diciendo que hasta que el físico me sirviera, seguiría haciéndolo.  Ahora, con la perspectiva del tiempo, de los años, de la experiencia y la madurez, veo cuan equivocada estaba.
Yo probé la prostitución de varias maneras. En pisos, con más chicas, todas con múltiples problemas añadidos, igual que yo. Eso con el tiempo lo vas analizando. Más victimas. 
También lo hice por mi cuenta. Poniendo yo mis anuncios y eligiendo con quien iba y con quien no, o eso te gusta creer, porque en el fondo, tu nunca elijes nada.
La prostitución, bajo mi experiencia, la clasifico como una repetición del abuso permanente. De la sensación de humillación camuflada por la vanidad de creerte que con tu físico o con tus artimañas sexuales, te estas forrando. 
La mayoría de chicas, nunca llegan a nada, las hay listas, o no , porque se prostituyen para uno solo y las mantienen, pisos, coche, etc. Yo no podía. 
Si de algo he sido recelosa, es de mi libertad. 
La poca que emocionalmente tenia. 
No aguantaba más de dos horas a la misma persona, por mucho dinero que me ofrecieran. Lo intentaron muchos, pero fracasaron. No me gustaban ni las cenas, ni las comidas en restaurantes caros. Cada vez que pisaba uno tenia siempre la sensación de que todo el mundo sabía lo que era, lo que hacía. 
Me daba una vergüenza terrible. 
Muchas veces, usas la tópica frase: "la mayoría solo quieren compañía, alguien que les escuche". Me he dado cuenta también que eso es relativamente falso. 
No pagas para que alguien te escuche, para eso vas al psicólogo. Total, ¡vas a pagar igual!. 
Tu te consuelas creyéndote que los hombres repiten contigo, que eres buena ya no solo en lo que la prostitución comprende, si no como psicóloga de todas estas almas vacías. ¿Y tu? ¿Donde queda tu alma vacía? ¿Acaso te escucha alguien si no es sin ropa bajo las sabanas?
De eso también te das cuenta con los años y las experiencias. Me han pagado por mil y una aberraciones que no voy a comentar, a las que yo, algunas veces accedía. No a todas. Es como si por haber sufrido el abuso, tuvieras la "obligación" de seguir vendiendo, regalando tu cuerpo cuando los demás quieren hacer uso de el. 

La diferencia, cuando eres mayor, es que lo haces a cambio de dinero, cuando eres niña, de amor y afecto. 

Siempre es a cambio de algo. De dinero, de afecto, de un poco de atención. 

Y en el fondo sabes que es todo una gran mentira, y te sientes mal, aunque te obligues a creer lo contrario, más que nada para que no te duela la realidad.
La prostitución, la promiscuidad, son una forma más, inconscientemente, de prolongar los abusos.
Ahora soy plenamente consciente de ello. Hace años, no.

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