No es fácil...

Es más, nadie me aseguró que fuera fácil salir una fría mañana de estos días tan grises y ver entre la oscuridad una sombra entre las solitarias calles de una ciudad cualquiera. La ciudad podría llamarse Santander, Málaga, Barcelona o Madrid, no importa el nombre, porque a esas horas cualquier ciudad española no hay ni un alma en pié, ni sentado, si acaso tumbadas entre cartones víctimas de una crisis global.
La sombra no tiene nombre, no me había parado a pensarlo, pero sé que siempre me acompaña, allá donde vaya, de forma incondicional. Giro la primera calle a la derecha, veo una escena desoladora, una mujer llorando sobre la acera. Me acerco a ella, la pregunto que la ocurre. Me contesta que cosas de la vida, que su novio la ha pegado, insultado y que no es la primera vez me dice. La sugiero que rompa con él, y con ese sufrimiento y entre lágrimas me dice que no puede que le quiere mucho.
La seco las lágrimas y saco de mi bolsillo, un papel y un boli, y escribo la siguiente frase "Nadie dijo que fuera fácil en esto de vivir. Cada vez que estés triste o necesites tomar una decisión piensa en esto y decide". Me marcho del lugar y su dulce voz me dice: "Nadie me dijo que en el amor no hay que sufrir, lo dejaré". Lanzo una sonrisa y desaparezco de su vista. Me siento bien, me siento mejor, esa chica se ha enamorado de la vida y dijo adios al sufrimiento, se merece algo mejor.