Excelente artículo hoy en el Diario Odiel Información. Una visión de la situación política actual que sobre todo muestra la diferencia entre la derecha y la izquierda. Una claro ejemplo de las diferencias entre las dos tendencias políticas para aquellos desengañados de la política que aseguran que votar rojo o votar azul es lo mismo.
“Ahora que somos de derecha” 15/06/2011Yo no le dije nada. Recorría la esquina de la calle La Fuente en un arriba y abajo como sin rumbo fijo. Siempre me saludó con efusión, pero esta vez parecía como rehuir. Yo no le dije nada. En un segundo encuentro le resultó imposible evitar el saludo. Se movía con una cierta intranquilidad impropia de su carácter. Yo no le dije nada. Fue él quien en su improvisada conversación desveló que había votado por primera vez a la derecha. Y en una inconexa argumentación de justificaciones, comenzó una extraña conversación de exculpaciones sobre la razón de su voto. ¿Y? -le dije, sin intención de prolongar aquella absurda defensa de un derecho personal y democrático-.
No, -repitió en varias ocasiones- ahora toca ser de derechas. Lo miré con tranquilidad pausada, sin emitir ningún comentario a su simplista argumento. Esta persona no se trataba de un cualquiera desde la concepción ideológica. Había militado en un partido de izquierdas y siempre planteaba con sus argumentos de hijo de obrero su condición de progresista convencido. Yo seguía sin decirle nada. Parece que mi silencio le molestaba más que cualquier observación en contra de sus explicaciones. Es que la izquierda se ha derechizado, nos ha llevado a la peor crisis que jamás hemos tenido. Su política no se diferencia en nada a la de los conservadores y, está claro, que con políticas más neoliberales saldremos mejor de esta situación. Yo no le decía nada.
Me resultaba difícil aguantar aquella improvisada conversación de calle sobre el sentido de un voto a la derecha que mantenía mi viejo compañero. Me molestaba ya su indisimulado complejo de culpa.
En un intento de cambiar de conversación le pregunté por su madre. -Ah, estupendamente, está recibiendo una ayuda de dependencia y tiene una mujer que la cuida. Hemos hecho obras en la casa con el programa de rehabilitación de la Junta de Andalucía y el viejo solar se lo tengo alquilado a unos rumanos. He regularizado mi situación con mi pareja. -¿Y las fresas?- Bien, se ha arreglado el puente viejo y los caminos y parece que el tema de los regadíos que se prevén llegarán a mi finca de los primeros.
Una cosa sí quiero agradecerte, -dijo cabizbajo-. ¿Sabes que gracias a tu libro sobre la memoria histórica, ya sé dónde está enterrado mi abuelo y qué le pasó? La pena que mi padre que tanto sufrió muriese sin saberlo. Yo no dije nada. Pensé que ahora que era de derechas, mi silencio sería más oportuno.
ANTONIO RAMÍREZ ALMANZA para Odiel Información
Puede que el artículo peque un poco de demagogo o incluso de simplista pero, a mi modo de ver, cumple con su objetivo. No debemos llevarnos a engaño. No es lo mismo votar derecha que votar izquierda.