En estos tiempos de crisis, no es momento de ser solidarios. Aunque nos conmuevan las penurias de África, debemos primero pensar en España, cuando consigamos que España sea perfecta, entonces y solo entonces podremos pensar en los demás.
Lo malo es que, cuando no había crisis, se repetía exactamente el mismo razonamiento. Nunca es tiempo de pobres. Y si lo es, en todo caso, será tiempo de otros pobres. Porque si pides que ayuden a los pobres de tu barrio, te recordarán Haití, si les hablas de Haití, se esconderán detrás de África, si de África te hablarán de que hay niños en España que necesitan ayuda, y si por los niños, algún solidario teórico te hablará que nadie piensa en los viejos. Y pobre de ti, si se te ocurre montar una ONG ecologista, bestia inmunda sin alma, que sólo piensas en los animalitos y tonterías hippies mientras la gente pasa frío.
El amor es de los valientes, por eso nunca hace buen tiempo para los cobardes.