Revista Talentos
No es un cuento. Es VERIDICO.
Publicado el 02 enero 2018 por Jorgapp
22 de Diciembre. Cuando se acercan estas fechas, las Navidades propiamente dichas, una de las celebraciones que mas ilusión suscitan es el Sorteo de la Lotería de Navidad. Personalmente siempre he sentido un gran aprecio por el sorteo de la lotería de Navidad. Es muy bonito las fechas anteriores al sorteo, el buscar y comprar los decimos. También comprar participaciones, aunque antiguamente las participaciones eran mas numerosas que hoy en día. En la actualidad se compran muchos mas decimos que participaciones. Quizás porque todo el mundo sabe que no es lo mismo que te toque un premio gordo, con una participación, que con un décimo. Llegaban las fechas próximas al sorteo, entonces en la empresa se les comunicaba a los trabajadores, quienes querían participar con el numero de Navidad que compraba la empresa. Todos los años la mayoría de los empleados decían que querían participar, querían un décimo. De todos los años que se participo mientras estuvo en la empresa el empleado. No recuerda, ninguno en el que no hubiera algún contratiempo o percance. El empleado recuerda, como un año se le dijo, mira el décimo de Navidad de la empresa esta todo adjudicado, si quieres participar te compras un numero diferente en la misma zona de ubicación de la empresa, pero con diferente numero. Otro año el empleado llevo el dinero en mano al encargado de comprar los decimos. Pasado el tiempo y llegado estas fechas todo el mundo en la empresa disponía de los decimos, menos quienes llevaron el dinero en mano. El encargado de los decimos, manifestó que quien le había entregado el sobre con el dinero, se había quedado con parte del dinero, recibiendo solo dinero para la compra de un décimo. Se armo un buen cisco, al final se soluciono el tema. Pues quien había llevado el dinero en un sobre, era hombre de probada honradez y honestidad. Todo quedo en un pequeño susto. Ni que decir tiene que a quien difundió tal infamia, ni esta ni se le espera amonestación alguna, faltaría mas. Hasta ahí podíamos llegar. Otro año se compraron los decimos, también como en el caso anterior se traspapelaron. El encargado no sabia, donde se había despostado el dinero. Se tienen que tener bemoles para volver a las andadas sin rubor alguno. El encargado no tenia, ni tiene, ni se espera que lo tenga rubor alguno. Suizas es un concepto que no lo conozca o lo desconozca, por completo. Bueno aquel años el sobre y el dinero estuvieron en suspenso durante un tiempo. Al final aparecieron el sobre y el dinero, pero el que no apareció fue el décimo. De quien entrego el sobre y el dinero. Pese a las quejas del susodicho, lo único que consiguió fue que le dieran el numero del sorteo por teléfono, pero el décimo jamas lo vio. Ya para finalizar el ultimo año de estar en la empresa, sucedió también algo parecido, pero esta vez, con un matiz diferente. Ya no era el encargado de los sobres quien compraba los decimos. Era una encargada a quien se le dio el dinero, pero por increíble que parezca el décimo tampoco apareció. Por lo visto la encargada de comprar los decimos compro todos menos el del empleado, Entonces se le dijo al empleado, mira has dado el dinero para un décimo, pero como tu décimo no aparece, tendrás que darnos la mitad de lo que vale el décimo, lo tendrás que compartir Tocándote solo la mitad. Entonces una de las empleadas que trabajaban con el empleado, que se quedaba siempre sin numero le dijo. Que vergüenza todos los años tenemos problemas contigo por culpa del décimo de Navidad. Este año me toca compartirlo contigo, es una vergüenza lo que sucede contigo todos los años. Tampoco se podía decir que no se quería décimo alguno. Esto era interpretado como una insolencia, un ataque de soberbia, altanería y orgullo, que no le correspondía al empleado. Eso estaba muy mal visto.http://http://elpinguinorecepcionista.blogspot/feeds/posts/full