¿Por qué no puedes ser como twitter? ¿Por qué unas ideas se extienden por la red con mayor fuerza que otras? Algunos habréis oído hablar de las idea-virus y os habréis lanzado a añadir botones de twitter, facebook y redes sociales varias. Pero pocas veces funciona; en la mayoría de los casos la popularidad que tengáis en esa red social limita la influencia que tenga ese artículo.
La razón es que sólo es un virus lo que merece ser un virus.
¿Por qué?
He pasado noviembre leyendo poquito a poquito Unleashing the idea-virus, de Seth Godin. Y de ese libro la idea principal es ésta: un producto es una idea-virus si y sólo si al usarlo se transmite automáticamente.
Cuando lees este artículo no tienes obligación de transmitirlo. Por eso pongo los enlaces a pie de página. Es decir añado “muletas de virus” a una idea que por si sola no anda. Así le doy una oportunidad; si el artículo es lo suficientemente bueno y útil, el lector se animará a compartirlo y si alguno de vosotros es una persona con gran influencia en twitter se extenderá. Aprovecho así la reputación de mi lector para complementar la mía.
Harry Potter… los libros más vendidos de los últimos años, porque los niños se lo contaban a los niños. Un idea-virus clásico [...] inicialmente sin promoción de la editorial. ~Seth Godin
Pero fijáos que lo decisivo no son los botoncitos, ni los enlaces, ni mi reputación. Lo decisivo es la calidad de mi artículo, lo útil que os ha sido; porque los botoncitos de facebook no funcionan por sí solos, y si lo hicieran se convertirían en otra máquina de spam. Sois vosotros los que recomendáis mi artículo y, al hacerlo, empeñáis vuestra reputación. Los botones, los enlaces a redes sociales son meramente multiplicadores. O sea, que sí, que la SEO y cuidar la presencia en las redes sociales y la facilidad del usuario para compartir son importantes. Tan importantes como que multiplican el impacto que tiene la calidad de tu artículo. En palabras de Seth Godin, a mayor sea la facilidad para compartir una idea virus mayor será su “suavidad, y a mayor suavidad más se extenderá la idea.
¿Y qué calidad tiene Harry Potter? Preguntadle a un niño, no a la academia, ni a algún escritor famoso resentido. Harry Potter se adaptó a sus destinatarios: es inmensamente divertido y emocionante cuando busca la piedra filosofal pero serio y casi adulto cuando se enfrenta a la muerte y el miedo. Respondió a preguntas que casi nadie se atrevía a responder a los niños.
¿Qué hacer?
Esta es mi respuesta: preparar mi blog para que sea “suave”, es decir fácil de compartir, y luego centrarme en la calidad de mis textos.
La parte difícil es la de la calidad. En la economía del conocimiento no basta con hacer las cosas bien, eso es de antes de la revolución industrial. Ha de ser una vaca púrpura, algo verdaderamente excepcional, de lo contrario pensad en publicidad y no esperéis milagros.
¿Alguna idea? Aunque no sea un idea-virus vale