Deberíamos estar tranquilas cada vez que salgamos y estos individuos, por llamarlos de alguna manera, deberían ser más humanos y menos primates. RESPETO es lo que pido, no intimidar a nadie para pasar un rato divertido, ¿tan difícil es?
Y, aunque esta situación seguramente no tenga fin, quiero acabar esta carta con algo que deseo cada noche antes de dormir: Ojalá diésemos las gracias a Dios por encontrar un trabajo, por tener una persona más en la familia, por una enfermedad que se ha curado o por miles de cosas buenas de este mundo. Sin embargo damos gracias a Dios por llegar vivas, un día más, a casa. Qué triste, ¿no?
Si alguna vez sentís miedo, agarraos a cualquier persona como si fuera conocida porque esto quizás haga que, quien te perseguía desde hace más tiempo del deseado, decida abandonar lo que pensaba haceros. Si la justicia no nos ayuda lo haremos entre nosotras. ¿Por qué? Porque no estamos solas.