No hay repetición que no nos dañe

Publicado el 11 julio 2010 por Ramongil


No hay repetición que no nos dañe.
No hay palabra que no arrastre una sombra.
Luego
todo desaparece.
Están tapiadas las ventanas.
Están tapiadas las ventanas
en esta habitación de cristal.
Una mujer pálida se mira en mi espejo de barro.
Su lengua cruda batalla con mi tercera piel.
Si yo tuviese recuerdos la amaría.
Desnuda su maquillaje de carne.
Veo una ceja en el aire
y un ojo en la tierra
y un pómulo salvaje.
Si yo tuviese manos la curaría.
Habla utilizando mis labios.
Cuenta mi dentro con el revés de su fuera.
Nacen pausas carnívoras en su espalda.
Si yo tuviese creencias la salvaría.
Me queman sombras y ecos.
Soy más sordo, más ciego,
más mudo,
más solo.



Ilustración: Wisnu Sasongko, Gather in harmony, 2008