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Ya era hora de sacar los partidos "fáciles" entre comillas sin dar más de lo necesario al contrario, sin actuar de Hermanitas de la Caridad como tantas otras veces hemos hecho.
Un equipo que aun aspira a disputar competición europea el año que viene como es el Sevilla no puede permitirse más lujos de los necesarios ante un equipo que está pelando por no descender y al que le viene un calendario más propicio para plantarse de cabeza en Segunda que para quedarse en la Liga de las dos estrellas.
Importantísimos eran estos puntos, como lo son todos, pero estos por el momento de temporada en el que estamos, por lo que nos está costando salir del bache en el que nos hemos metido desde hace tiempo y porque encaramos también un calendario más difícil que apropiado con Levante, Bilbao y Betis a la vuelta de la esquina.
Hoy hemos hecho un partido serio, esperando las oportunidades y sobre todo aprovechándolas y no dando demasiadas facilidades en defensa para no encontrarnos con apuros innecesarios. Si acaso, sí hemos echado en falta más de lo debido a Beto. Las salidas de Palop han puesto el corazón en un puño a más de uno y ya nos estábamos acostumbrando a las actuaciones geniales del portugués.
Al bueno de Manolo Jiménez le ha dado su equipo del alma una puntillita casi letal. De un plumazo le ha puesto muchos enteros en Segunda División. Le deseo, de corazón, toda la suerte del mundo para lo que se le avecina, Barsa y Madrid andan por ahí en el camino del Real Zaragoza.