Yo sólo recuerdo que estaba mareada sin tomar. Mi vestido negro era demasiado recatado y yo tenía un saco de nervios en mi estómago. Quería salir corriendo y sin embargo no lo hice.
Dentro, el mando a distancia y la tv encendida me hacía sentir menos sola.
Ejercicios de respiración. Suena la puerta. Abro y ahí estas. Ahí están esos ojos oscuros que me someten sin darse cuenta. Esos ojos que me intimidan. Que no he podido olvidar.
Yo sólo recuerdo besos, besos por todas las calles, besos largos, apasionados, sedientos, locos,
Besos en todos los semáforos de la ciudad. Besos ansiosos, besos que no podían esperar ni un segundo.
Yo sólo recuerdo calor, que te gustaba jugar con mi nariz y yo me enfadaba riendo, que sudamos mucho, que Málaga era un infierno y nosotros el mal. Que la pasión corría por mi garganta hasta quedarme muda del todo. Que decidimos no dejarnos nada. Que propusimos devorarnos vivos.
Yo sólo recuerdo abrazos. Que me abrazaba, me abrazaba, me abrazaba con toda la ternura de aquel momento, que no quería soltarme, que en todo momento estuvimos unidos, que esa dulzura, ese cariño me pertenecía solo a mí. Que sus manos eran suaves, que sus caricias me hacían sonreír.
Yo sólo recuerdo que me abrazaba, me abrazaba, me abrazaba, me abrazaba... que no quería soltarme.
Que no quería soltarme de sus brazos, nunca.
Sigo viva para ti...