Tenemos la extraña manía de “cosificarnos” a nosotros mismos. Todavía veo a muchas personas en diferentes empresas llamando “recursos” a las personas que son colaboradores de cada una de las actividades que desarrollan. Estoy convencido en que una forma para empezar a convertir a nuestras empresas en “lugares estupendos para trabajar” es empezar a respetar a cada una de las personas que se ofrece para colaborar en los proyectos que llevamos adelante. Al final, esas personas nos están alquilando su cerebro y su esfuerzo para ayudarnos a conseguir nuestros objetivos.
Preguntas para reflexión:
- ¿Qué sería distinto si en nuestra empresa dejamos de referirnos a nuestros colaboradores como “obreros” o “recursos humanos”?
- ¿Qué tanto respetamos a cada uno de nuestros colaboradores?
- ¿Saludamos a cada una de las personas que nos encontramos en los pasillos de nuestra empresa? (saludar, decir “buenos días” o “buenas tardes” es una forma de demostrar nuestro respeto hacia los demás)
Aprecio sus valiosos comentarios…