No llores como mujer, lo que no supiste defender como hombre. Antes de que se pronuncien las feministas acérrimas, decir que está frase fue dicha por una mujer. Fue la madre de Boabdil, al ver a su hijo, el último sultán de España, mirar hacia la Alhambra tras haberla perdido para siempre.
Hoy sería Axia, la madre del sultán la que se echaría a llorar al ver lo que ocurre en Granada. Un macro botellón con varios comas etílicos, es la máxima expresión de ser y estar de los jóvenes de Granada, Sevilla, Madrid, Barcelona….
Uno es joven solo una vez en su vida. Una época en la que la rebeldía y las ganas de cambiar el mundo están a flor de piel. Pero al igual que hicieron los colonizadores ingleses con los indios norteamericanos, se les da acceso total al alcohol. Un joven español cuya capacidad de movilización y acción equiparable al más terrible de los indios siux, es corrompido cual toro sentado pegado a una petaca. Si estás borracho no combates, si el coma etílico es tu máxima el colono de turno ya te ha arrebatado tu futuro. Hizo bien Boabdil en mirar por última vez la alhambra, porque si ahora la hubiera visto, se le hubiera nublado la vista al ver los restos de botellón en los parques. Al fin y al cabo parece ser que en este país no encanta hacer el indio. Dejemos que nos colonice la sinrazón, la corrupción y la inactividad.
A los españoles nos gusta “hacer el indio”