No me dejes sola

Publicado el 15 febrero 2010 por Mqdlv
Que te ofrendas cual bálsamo,
que extraño cuando encoges tus raíces
y estiras tus ramas,
hacia el otro lado del río.
Que abrazas y tranquilizas mis veleidades,
¿por qué llegas tan extraña hasta mí?
Si otros blasfeman de ti,
las más horrendas crueldades:
te creen capaz de martirios apocalípticos,
apuntan tu mote,
como se le teme a un monstruo jamás despertado.
¿Por qué será que eres, para mí,
la mayor de las calmas?
Oh, Soledad,
¿por qué te me inclinas con una mano tendida
y guardas para otros la diestra corta,
sobre tu cintura, asomando por detrás?
Oh, Soledad, aquí mi súplica,
apelando a tu bondad:
nunca me dejes sola.