Foto por asifthebes
Creo que todos crecimos con la idea de que para resolver un problema debemos enfocarnos en buscar su solución y nada más. Muchas veces nos aislamos del resto del mundo pensando que requerimos estar concentrados para no dejar pasar las ideas. Independientemente del tipo de problema, éste se vuelve una obsesión. Sin embargo, esto no es del todo infalible y muchas veces, es cuando dejamos de pensar en nuestro problema, que las ideas aparecen. Entonces, que es lo mejor debemos hacer?Un estudio realizado por el neurocientífico David Creswell demostró que a veces para la solución de problemas complejos, es mejor, realizar una análisis inicial, comprender el problema, aislarnos un poco de él y luego retomarlo. En el estudio se les presentó un problema de selección de un automovil a 3 grupos de personas. Las respuestas más óptimas ya estaban definidas para poder realizar las evaluaciones correspondientes. Lo que se hizo con cada grupo fue lo siguiente:
- Grupo 1: Se les explicó el problema y se les solicitó que seleccionaran el mejor auto inmediatamente. Los resultados no fueron los mejores.
- Grupo 2: Se les explicó el problema y se les dio un tiempo considerable para que realizaran un análisis y la selección final. Los resultados fueron mucho más óptimos que los del grupo 1.
- Grupo 3: Se les explicó el problema, se les dio un tiempo para asimilarlo, se les asignó una tarea distractora por tan solo 2 minutos y luego se les pidió retomar el proceso de toma de la decisión. Los resultados fueron significativamente superiores a los del grupo 2.
Teniendo en cuenta lo anterior, te recomiendo que cuando estés buscando una nueva idea, o trabajando en la solución de un problema y no le encuentras aún ese algo que nos permitirá alcanzar nuestra meta, no te quedes luchando indefinidamente, suspende un momento tu análisis y toma un café, habla con tu equipo de un tema diferente, cuenta un chiste, disfruta un juego corto etc. y retoma luego el reto; quizás te sorprendas de los resultados.
Si deseas ver la fuente de este artículo visita el artículo de Harvard Business Review: Three Ways to Think Deeply at Work