No pienses corazón que están dormidas
las bellas mariposas de la infancia,
es fácil que embriagadas de fragancia
se encuentren al socaire y ateridas.
No sientas corazón que tus heridas
carecen de candor y de importancia,
las causas, a pesar de la distancia,
merecen ser por todos conocidas.
Recuerda que la vida es un instante,
que el tiempo del presente va al olvido,
y entonces se estremece el caminante.
Recuerda, simplemente, que has nacido,
que vives y que marchas adelante,
a fuerza de un tesón incomprendido.
"...Recuerda corazón que te han amado
y tú, con tus latidos, respondido,
sintiendo un gran ardor en tu costado..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/04/16