Poema escrito en 2004, la guerra que lo inspiró era otra, o quizá sea la misma. El terrible dolor de las personas que la sufren y que han perdido a sus seres queridos, es el mismo dolor en cualquier guerra.
Bajo el imperio de los espejos se amontonan las víctimas, sobre el bosque de sus cuerpos se yerguen los pilares donde siempre se festeja. No puedo cantar. No puedo cantar.
Siempre. Siempre el reino antiguo de la misma muerte.
Los gusanos de la avaricia devoran inocentes sin boca, mientras el resto, sin preguntas,baila sobre su propia tumbaadorando estrellas inexistentes dibujadas en el suelo por los hombres.
No puedo cantar.No puedo cantar.