No puedo decirte nada que no sepas

No puedo escribir un discurso de hermosas palabras y dejarlo en tu ventana y esperar que lo leas, se que no puedo decirte nada de mi que ya no sepas.

El ruido del tráfico no me deja concentrarme, ni me deja perder esos minutos preciosos en los que sólo pienso en ti.

 Ahora de ese tiempo deseado solo me quedan apenas dos minutos, en estos dos minutos debería ser capaz de decirte algo que no sepas de mi, pero me conformo con pensar que el roce de tu mano ya me indica que quieres seguir aprendiendo sobre mi. Esperar que ese simple roce se convierta en caricia y esa caricia en amor es a lo mejor sólo cuestión de tiempo y dedicación.