Unos turistas, que paseaban al pie de los acantilados de la isla ártica de Novaya Zemlya, en Rusia, observando a los Araos de pico grueso o Brunnich's Guillemots, que anidan en los acantilados, cuando en lo alto, a unos 100 mts de altura, descubrieron un joven oso blanco.
El joven, oso, que les llamó la atención, parecía estar simplemente oteando el paisaje, cuando de repente, vieron como descendía por la pared, en busca de los huevos de los araos, con un grave riesgo de su vida, ya que los osos no suelen arriesgarse tanto para conseguir comida, pero este estaba decidido a ir a por todas y comer huevos a toda costa, aún a la de su vida.
Los turistas, esperaban, con el corazón encogido, que el oso se precipitase al vacío, ya que tropezó varías veces, ante la indiferencia de los Araos y las gaviotas, que lo miraban, como preguntándose ¿a dónde vas, loco de la colina?... ¡que te vas a matar!
Al final, el oso tuvo que retroceder, sin su comida, pero conservando la vida y me imagino que como la zorra, que no alcanzo las uvas, porque no estaban maduras, seguro que pensó, para disimular, su peripecia “Uys los huevos, son malos para el colesterol, ya no los quiero”.