No sé si las palabras muy sincerasalbergan un crisol de fantasía,quizás por ser así, son verdaderas,y buscan, sin rubor, la poesía.
Palabras y palabras lisonjeras,eterno carnaval de la utopía,los niños las esperan cual primeraslecciones, con candor, del día a día.
No sé si entre los pliegues de la infanciase encuentran las palabras y el cariño.
Quizás es la añoranza y la constanciala nota que destaca en el corpiño.
Por eso tu palabra y tu fraganciaaumentan los latidos de este niño.
Rafael Sánchez Ortega ©02/10/15