Mi nariz se congestiona fácilmente. La limpio tanto, que se lastima. Si se lastima, suele quedar una pequeña herida. Y a mí las pequeñas heridas me atraen como el refresco anaranjado a las moscas. Toco, raspo, levanto un pedacito de piel, la herida se hace más grande y no se cierra. Si está por dentro es terrible porque meto los dedos en la nariz; aunque si está por fuera también se ve mal. Evidentemente, lo hago en mi casa, pero ahora pienso que al rato me verá una niña, así que tengo unos meses para dejar de hacerlo...
Silvia Parque