Revista Diario

Noas veraniegas

Publicado el 06 septiembre 2010 por Calamar
Noas veraniegasEl número de septiembre de I Like Magazine viene cargado de buenas entrevistas y reportajes ypodéis descargarlo aquí en PDFo suscribiros a la edición en papel a través de [email protected] (10 números 30€). Por mí parte, en la sección Un efecto inesperado hice un liviano repaso veraniego.Notas veraniegasAquí se viene a hablar de arte, pero como el verano es para el esparcimiento y las volteretas vamos a tomarnos la rentrée con sosiego y frivolidad. Ahí van algunas notas del verano que ya termina.
  • No me muevo de Galicia este verano, está haciendo sol casi todos los días, me baño en el mar casi todos los días, todo está brillante.
  • Durante esta semana hay dos niñas de 7 y 8 años por casa, les he pedido que me digan qué creen ellas que es el arte. Me han dicho que eso es difícil y han seguido viendo Disney Channel
  • Ha salido Antonio López en el telediario de la primera tomando apuntes de la Puerta del Sol sobre un lienzo en plena plaza, el locutor dice que lleva unos días yendo a la misma hora. No creo que le hayan hecho un favor. Mientras veo la noticia pienso que quizá Antonio López vuelve a pintar escenas de Madrid como las que le encumbraron, para dejar una buena herencia a sus descendientes. Leo después la noticia en un par de diarios digitales, uno de izquierdas y otro de derechas, y repiten más o menos lo mismo. La mayoría de comentarios de los lectores son: eso sí es arte, ese sí es un artista de verdad, es el genio absoluto, que aprendan los estafadores del arte contemporáneo. Me acordé después de que en fin de año El Titi me había contado que había estado en el estudio de Antonio López sacando unas fotografías para una publicación, y que le había impresionado mucho.
  • No se quién es un genio absoluto. He terminado esta semana Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño. Bolaño, además de poeta y novelista, fue un tipo obsesionado con la literatura sin envolturas. Esquivó la gloria, sin importarle, hasta su muerte. Trabajó en nuestro país de vendimiador y vigilante de camping, a lo mejor se parecía a un genio absoluto. Algunos de los personajes de la novela me recuerdan a amigos y así se lo voy diciendo. A Cecilia ya se lo habían dicho otra vez.
  • “Nuestra relación se iba apagando con la velocidad ¿de qué? De algo que se apaga muy rápido, las luces de una fábrica al apagar la jornada o mejor, las luces de un edificio de oficinas, por ejemplo, presurosas de integrarse en el anonimato de la noche”, “Se puede conquistar a una chica con un poema, pero no se la puede retener con un poema. Vaya, ni siquiera con un movimiento poético”, “Esos artistas que van a lamer platos en los festines culinarios oficiales para hacer arte con el estilicidio de sus menstruaciones intelectuales”, “Sólo vivimos historias de los extremos de la civilización”, “Esa voz de hoja gillette que me rasgaba el alma”, “La hora en que la noche se hunde en la noche, nunca de golpe, la noche patialba del DF, una noche que se anuncia hasta el cansancio, que vengo, que vengo, pero que tarda en llegar, como si también ella, la mendiga, se quedara a contemplar el atardecer”. Son algunas líneas de Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño.
  • Un vecino se ha quejado por unos centímetros de huerto que estaban más acá o más allá. Le he dicho que no y se ha irritado. Me lo he tomado como un rito de iniciación a la edad adulta en el rural gallego.
  • Cada día leo en el balancín un par de biografías de artistas americanos del tochazo Visiones de América del bravucón Robert Hughes. Narrativa muy veraniega, muy digerible. Hughes dice que con esta obra intentó esbozar algunas respuestas a la pregunta ¿qué podemos decir de los americanos a partir de los objetos y las imágenes que han creado? Sus puntos de vista a veces son excesivamente personales e ideológicos, pero me asombra el acierto con que contextualiza el arte en acontecimientos y transformaciones ideológicas de una nación o un tiempo. Se aprende mucho. Me gusta la comparación que hace entre los famosos instantes de tiempo congelado en las pinturas de Hopper con ese momento en las funciones de teatro en el que el telón ya se ha levantado pero la obra no ha comenzado aún. Está muy de moda Hopper, pronto empezarán a vender reproducciones suyas en Ikea y pronto lo odiaremos. Dice también que Warhol era católico practicante, no lo sabía. Es curioso que América, uno de los países más religiosos del mundo, haya producido tan poco arte religioso original.
  • Creo que algún día habrá que sustituir el balancín flojeras del porche por una buena mecedora, un buen termo, una buena escopeta y un buen perro de presa.
  • He ido a algunas exposiciones. La que más me gustó fue Anticuerpos, en la Fundación Barrié (web desastrosa), una retrospectiva de diseños de los hermanos brasileños Fernando y Humberto Campana. Muebles naif con objetos reciclados y materiales naturales. Ellos bromean llamándolo “Hi-tech manufacturado”, es la fuerza de lo ingenuo. También me gustó la de Turner en Madrid, una gran producción que junta las copias hechas por Turner de originales de distintos maestros y los compara. Aunque apenas había lluvias, vapores y velocidades
  • Sólo he ido a un concierto y no valió la pena. Espero con ganas a Triángulo de Amor Bizarro dentro de una semana.
  • Lo que más estoy escuchando en el mp3 es Don Caballero (World Class Listening Problem), Triángulo de Amor Bizarro (Año Santo), Bill Callahan (Sometimes i wish we were an eagle), Cass McCombs (Catacombs), Dr. Dog (Easy beat), Fleet Foxes, Charles Mingus, Schubert y She´s a lady por Tom Jones al salir por la puerta de casa.
  • Recuerdo haber visto estos días Río Bravo, A pleno sol, El secreto de tus ojos, Amor a quemarropa, Caro diario, Cashback, Cuatro meses tres semanas dos días, El chocatero sentimental, Into the wild, Al final de la escapada, Vivir su vida, La silla de Fernando, Los cien pasos, Pozos de ambición, Serpico, Antes que el diablo sepa que has muerto y Sin novedad en el frente, la de 1930.
  • Ahora estoy leyendo El tiburón de 12 millones de dólares, el ensayo de Don Thompson sobre la economía del arte contemporáneo y las casas de subastas. Parte de una premisa pragmática, el arte contemporáneo es el arte que se vende en las principales casas de subastas en las ventas de arte contemporáneo. Hay mucha estadística y mucho dato, como estos cálculos bastante indicativos de las posibilidades de un artista incipiente de hacer carrera en el mercado capitalista del arte contemporáneo, de alcanzar el establishment: “En las dos capitales del arte contemporáneo, Nueva York y Londres hay aproximadamente cuarenta mil artistas residentes en cada una. De esos ochenta mil, setenta y cinco son artistas superestrellas con ingresos de siete cifras. Por debajo de ellos están unos trescientos artistas maduros que tienen éxito, que exponen en importantes galerías y obtienen unos ingresos de seis cifras por su trabajo. En el siguiente nivel, hay unos cinco mil artistas que tienen algún tipo de representación, en su mayoría de una galería establecida, y que complementan sus ingresos a través de la enseñanza, la escritura o una pareja que los apoya. Se cree que habitualmente hay unos quince mil artistas vagando por las calles de Londres buscando representación de alguna galería, y la misma cantidad aproximadamente en Londres. Esta cifra en realidad aumenta cada año debido a la publicidad que se da a los elevados precios que obtiene el arte contemporáneo (…) una mayor demanda de arte percibida produce una mayor oferta de creadores de arte (…) La mayoría de marchantes y galerías establecidas prestan escasa atención a los artistas que llaman a sus puertas. En lugar de ello, buscan nuevos artistas visitando estudios de pintores y exposiciones de graduados de escuelas de bellas artes, o siguiendo las recomendaciones de los actuales artistas de la galería. A partir de estas fuentes y frías llamadas una galería puede ver diapositivas u obras completas de una docena de artistas nuevos cada semana, aunque sólo escoja a uno o dos cada año. (…) Llegar a esa cumbre es una cuestión de talento, suerte y sobre todo marketing de marca.”
  • Los tomates están a punto, las judías ya cuelgan, los calabacines se arrastran y los pimientos parece que, este año, no picarán.

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