Aun sueño con una bibliotecainfinita, mientras te persigoentre anaqueles llenos de librosEn los que nació tu imageny tu fantasía y, también, la mía
y concibo cada pasillocomo tálamo donde despojartede tus flores y tus trampaspara sellar la ceremoniade cuerpos encendidos
Los días se han vuelto otoñoLa lluvia deviene en tristezaMis pasos acechan las sombrasDe que esta noche no vuelvas
Me detengo ahora en las palabrasConvertidas en súplica, en hambrePara gritar mudo tu nombrepara oír sordo todo el silenciode una canción que nunca te cantéde estos versos que nunca te escribíy envuelvo tu nombre, tu risa, mis palabrasla canción y el silencio y sigo mi caminopara seguir buscando el hogar
que me haga cierto