Al fin y al cabo
eres una lista,
infinita de pasado,
nombres y ausencias,
aciertos y fracasos,
olvidos y amigos,
una lista, no más,
es cuanto tienes en este
preciso instante
depende de tu balanza
es ayer, es niñez
es una guerra adolescente
contra ti mismo
prolongada, soterrada
rompiendo los espejos
que te muestran los ojos
cansados de esperar
Es la sonrisa audaz
de una desconocida
desde la ventana de
un autobús que arranca
es la cosecha que atesoras
en un almacén cuántico
que desconoce tus intenciones
y es y no es,
ya que puede que si
o puede que no
recuerdes el camino
que te regresa a él
Quizá tenga sentido
esa lista, y sea el código
que revele tu fortuna
y retornes a tu isla
siempre añorada
y los tuyos disfruten
de tu presencia deseada
Pero repásala, es largo viaje
y poca recompensa
si te pierdes
en la esperanza de llegar
a tu Ítaca soñada
No eres un héroe
es tarde para eso
los dioses se cansaron
de procrear bastardos
y solo somos seres
falibles, indefensos
ante una eternidad aterradora
que nos afianza a la vida
a nuestra lista de pasados
a nuestra lista de futuros
a nuestra bitácora
de navegantes indecisos
en una realidad inmarcesible
en una vida corta
para tantos mares