Revista Diario

Nos dedicamos a lo que somos entonces, ¿qué somos realmente'

Publicado el 04 julio 2012 por Sanchez
Siempre he escuchado esta frase: “Somos lo que hacemos”, pero y si fuese al revés, si nos dedicasemos a lo que somos porque cada uno de nosotros nace con un don o perfecciona aquello que es y, sino es así, lucha contra sí mismo.
Si esto fuese así, ¿qué son las personas que roban, defraudan, desfalcan a los demás?
Podríamos comenzar por preguntarnos ¿Qué son los políticos? Personas que se dedican al servicio público perfeccionando su acceso al poder, al dinero, para después llegar a su verdadero fin, lo que son, defraudar, desfalcar, engañar y robar a todos los que en algún momento han confiando en ellos, así como a los que dependen de su mandato. Quien sabe, sería cuestión de estudio porque sí, lo sé, no todos son iguales, pero quizás sean el medio más sencillo para lograr ser aquello que en realidad son.


Nos dedicamos a lo que somos entonces, ¿qué somos realmente'

Pozo Sánta Barbara. Accidente 1992. 4 muertos.
Diez días de rescate

 Pero, y los mineros, ¿qué son? ¿Personas que nacen con el don de soportar horas, días, meses y años viviendo bajo tierra?, una experiencia que la mayoría de nosotros no soportaríamos.
Claro que después la perfeccionan (para eso comienzan a trabajar a los 15 años) y, con el paso del tiempo, poseen la fuerza física y mental que les permite ser buenos en lo que son: trabajadores. No son hombres ni mujeres que posean poder, ni mando, ni opción de dirigir el destino de nadie, sólo trabajan, luchan, se esfuerzan para vivir.
Si un minero comete un error en su trabajo bajo tierra, no morirán personas en un quirófano, ni morirán pasajeros en un avión, ni provocará una catástrofe en el mar, ni…, pero sí morirá él y sus compañeros y eso, ¿a quién le importa?


Nos dedicamos a lo que somos entonces, ¿qué somos realmente'

Uno de los mineros, que bajaron
al rescate, cubierto de carbón.

Durante décadas fueron necesarios su esfuerzo, su lucha y su trabajo sacando carbón para la supervivencia de los demás perdiendo a muchos compañeros sepultados, muertos; ahora se les critica, se les tacha de bestias que no razonan, que no tienen en cuenta a los demás y sin embargo, continúan luchando por el futuro de sus familias, de sus pueblos, de sus comarcas, pero a quién le importa eso.
Controladores áereos, pilotos, políticos, banqueros, cobran cantidades ingentes de dinero y lo dejamos estar. Protestamos sí, pero con la boca pequeña y continúan haciendo lo mismo, son los intocables. En el fondo, ¿no será que desearíamos ser como ellos, estar en su lugar y hacer lo mismo?
Los mineros cobraban más que el resto de trabajadores normales, no que los «intocables», pero del temple de su mano y de su cabeza no dependían cientos, miles, millones de vidas, no, sólo la suya y la de sus compañeros. Por eso molesta, porque nadie se compara con ellos, nadie desea estar en su lugar, realizar su trabajo, sufrir sus miedos. A ellos sí se les puede tocar, criticar, humillar y envilecer.
Ojala alguien sea capaz de responder sin dejar de pensar que nos dedicamos a lo que somos y, ¿qué somos realmente cuándo actuamos así?

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