Revista Literatura
Notting Hill
Publicado el 23 marzo 2011 por B
Chico no conoce a Chica porque Chico y Chica ya se conocían. Chico podría estar sentado en el cine esperando a que empezara una película, o en su casa, navegando por una red social, o paseando por la calle cuando ve a Chica. Rubia, con bastante pecho y llamativa. Chico se descoloca porque sabe que la conoce pero no se acuerda de qué. Y piensa, durante un buen rato, hasta que se le enciende una lucecita en la cabeza. Cuando Chico vuelve a casa (porque se acaba la película o su paseo se corta por la lluvia) o apaga el ordenador (porque le pican los ojos) va directo hasta la carpeta en la que guarda los recortes de prensa de sus primeras prácticas, en un periódico regional. Y ahí está ella. Igual de rubia, con menos pecho, menos llamativa, pero más guapa. Chico en aquella época tenía que salir a la calle a buscar historias distintas a las del día a día. Chica era una de ellas. Había ido a la ciudad a ver una obra de teatro, o a participar en una audición, y con el rato que tuvo libre se sentó en una de las calles más transitadas, sacó su violín de la funda, se puso a tocar y accedió a que Chico le hiciera una foto y cuatro preguntas que no sumaron más de diez minutos de charla. Después ella siguió tocando y también dejo tocado a Chico, porque era guapa, simpática, inocente y le sonreiría mucho, imagino. Chico coge el recorte de prensa, lo escanea y lo manda a Amiga en Común, porque las redes sociales te descubren coincidencias cada día, para que se lo haga llegar a Chica. De parte de Chico. No sé si Amiga en Común lo habrá hecho, es bastante probable, pero lo que sí le dijo a Chico es que Chica ahora es más llamativa que guapa, que tiene más pecho que antes, que sí, que sigue siendo rubia, pero que lo de inocente se perdió por el camino. Y hace mucho tiempo además. Así que Chico se vuelve a quedar tocado, pero esta vez de una forma peor. Que puede entender que Chica prefiera ser llamativa y no irse nunca a la cama sola pero que a él le gustaba más de la otra forma, y se molesta un poco con Amiga en Común, porque hay cosas que es mejor no contar. Y que tenían razón en aquella película algo ñoña pero que gusta mucho, esa en la que él tenía una librería de viajes y ella era la actriz más famosa del mundo. La felicidad no es completa sin una cabra (en este caso una chica rubia, guapa, poco llamativa e inocente) tocando el violín.