-Mamá, ¿crees que yo seré tan listo como tú y llegaré a las nubes?
-Claro que sí, Miguel, tu eres un niño muy listo y las nubes quieren a personas especiales como tú y yo, como lo era papá, que imaginen muchas cosas y nunca pierdan la magia de ser especiales. Basta con querer hacerlo. Piensa en que vas a ser como una montaña de grande y llegarás a ser muy listo y muy alto. Y tu corazón será tan grande, tan grande, tan grande, que con todas estas cosas, incluso las nubes bajaran del cielo para tocarte a ti.
-¡Me engañas!
-Yo no te engaño, todos podemos llegar a las nubes si nos lo proponemos. No se llega a su altura porque uno solo sea grandote, Miguel; se llega porque uno quiere seguir siendo especial. Que nadie te diga que no lo eres y, si lo hacen, mete en tu cabecita que eres un chico muy valiente y que tú siempre querrás hacer cosas y no pararte nunca.
-Tú eres especial, mami. Tú siempre estás inventando juegos para mí.
-Una vez lo fui aún más, Miguel. Muy especial, cariño, y toqué las nubes a diario y fui muy feliz. Por eso ahora hago todo lo posible para que tú también lo seas y las toquemos juntos. Es maravilloso sentirse tan especial...
-¿Y cuándo fue eso y por qué llegaste tan alto? ¿Cuándo estabas con papi?
-Sí, Miguel, cuando me di cuenta de que me había enamorado de tu papá.
-¿Y él te acompañó en tu vuelo, mami?
-Sí, cariño, él estaba siempre conmigo, aun cuando estuviéramos muy lejos. Cuando estábamos separados, porque papá viajaba mucho, me llamaba por teléfono y hablábamos horas enteras. Y, aunque le echaba de menos, me dormía con una sonrisa en la cara. Él tenía la costumbre de preguntarme hasta dónde había volado esa noche y yo le respondía, "hasta las nubes".
-¿Y por qué no se esperó a conocerme, mami? ¿Por qué se quedó en las nubes, como me dijiste?
-Porque a veces, Miguel, las personas hacemos cosas muy raras o no controlamos lo que nos pasa. Papá se fue antes de que nacieras no porque quisiera marcharse, sino porque las nubes le querían demasiado, tanto como le quería yo y le quieres tú, aunque nunca lo conocieras. Y decidieron llevárselo con ellas.
-Tú te irás algún día, ¿mami?
-No cariño, mis nubes siempre estarán contigo...