Nuela, la de las flores
Iba una mujer paseando con su nieto de seis años por la parte antigua de la ciudad. El niño se fijó en un nuevo elemento que habían instalado en medio de la plaza del Ayuntamiento. Se trataba de un grupo escultórico de bronce que representaba a una anciana rodeada de niñas a las que ofrecía flores. El niño se paró a mirar el grupo escultórico, sin saber bien qué significaba. La abuela le secundó, esperando una pregunta inteligente de su nieto.
-Es una gran historia, abu. Y esa señora era buena.-Sí, cariño -dijo ella, sonriendo, sin revelarle que la enferma de la historia era su madre, y que una de las cuatro niñas que lloraban era ella misma-. Ojalá hubiese más como ella. El mundo sería mucho mejor.