Nuestra forma de vestir cambia el cerebro?

Publicado el 08 mayo 2012 por Luiscastellanos @lrcastellanos

Ponerse una bata de médico mejora tu capacidad de atención. Pero si te pones la misma bata, y te dicen que es de pintor, no se produce el mismo efecto. El experimento lo cuenta Sandra Blakeslee en The New York Times y ha sido publicado en The Journal of Experimental Social Psychology. La idea de origen era indagar en cómo nuestra manera de vestir puede influir en nuestros procesos cognitivos y conocer mejor un proceso bautizado como “cognición corporal”.

Desde hace algún tiempo, algunos neuropsicólogos han descubierto que nuestros procesos mentales pueden verse sutilmente alterados por determinadas condiciones externas. Así, por ejemplo, se ha comprobado que cuando sostenemos una bebida caliente, nuestro interlocutor nos parece más cercano, mientras que si la bebida es fría, nos parece más distante. O que si llevamos una carpeta pesada, nos sentimos más importantes.

“Sabemos que la forma de vestir afecta a cómo nos perciben los demás y a cómo pensamos sobre nosotros mismos”, asegura el doctor Adam D. Galinsky, de la Northwestern University, que ha encabezado el estudio. Para poner este fenómeno a prueba, el equipo de Galinsky realizó varios experimentos. En el primero de ellos reunió a 58 estudiantes y les asignó al azar ropa de calle o una bata blanca de laboratorio. Después realizó un test de atención y descubrió que aquellos que llevaban la bata cometían la mitad de errores que aquellos que iban vestidos de calle.

En el segundo experimento, Galinzky reunió a 74 estudiantes y les dio tres opciones: llevar una bata de médico, una de pintor o simplemente mirar la de doctor. Después les sometió a una prueba de atención que consistía enencontrar las diferencias entre dos cuadros en el menor tiempo posible. Aquellos a los que dijeron que llevaban la bata de médico – que era idéntica a la de pintor- encontraron más diferencias. Los otros dos grupos encontraron significativamente menos diferencias.

La conclusión de estas pruebas y otras similares, según este equipo, es que ponerse determinada ropa cambia el estado psicológico de los sujetos. Muchos de los que se han disfrazado alguna vez para Halloween, argumentan, han sentido esta sensación de cambio mental, aunque sea jugando. Pero, ¿qué sucede en el cerebro de una persona cuando uno lleva las 24 horas del día el traje de cura o de policía?, se preguntan. Aún no hay respuesta pero prometen seguir investigando.

Vía La Flecha