Hoy voy a intentar ser lo más imparcial posible con este aeropuerto o con este nuevo invento de Terminal, que quizás lo que pretende es a los ciudadanos de la costa Ártabra, dejarnos sin el aeropuerto de Coruña, que en un tiempo he criticado, pero al ver las obras acometidas allí lo han dejado como el mejor aeropuerto de España. Es funcional, rápido, cómodo y conectado desde hace poco con la autovía A-6, cosa que se agradece.
Antiguamente uno iba al aeropuerto de Santiago a recibir a algún pariente emigrante que llegaba de las américas y nada más. La gente de Ferrol y sus alrededores, iba a Santiago a ver a sus hijos, no todos, que estudiaban allí, ir una vez en la vida a ver La Catedral, acudir a un concierto en O Monte do Gozo o a la Sala Capitol y nada más. Santiago en sí no tiene un atractivo especial para nosotros, o está continuamente lloviendo o en verano te torras y claro, no hay playa para remojarse, sinceramente no me gusta. Aparte cada vez que uno va allí se encuentra horrorizado con nuevas edificaciones como la "Ciudad de la Cultura" una verdadera aberración o simplemente ver como los nuevos "peperos" disfrutan de sus comelladas por esos restaurantes de la calle del Franco. Hoy en día poco ha cambiado, han evolucionado a peor y se han aburguesado, prueba de ello es ese despampanante aeropuerto. Después de ir varias veces, he comprobado que en la grandiosidad y el minimalismo no está la eficacia. Uno cuando llega por primera vez, ya en la carretera le sorprenderá un cartel de llegadas y otro de salidas, si se pasa y se equivoca vuelta a empezar como en la oca. Eso también le ocurre para escoger una plaza de aparcamiento, si se pasa, vuelta a empezar, pero también deberá estar atento para escoger entre parking normal, otro express y otro que llaman Valiant que no sé que significa (aunque me imagino que será esos que dejas el coche por varios días y te lo devuelven limpio, y después te limpian la cartera a tí, claro). Una vez que uno logra aparcar el vehículo (todo hay que decirlo, en el "parking normal" las plazas son enormes), deberán coger un ascensor e incorporarse a Llegadas por ejemplo que está en la planta 1. Una vez allí metido en esa grandiosidad (se parece muchísimo a la T4 de Madrid), tuve que entrar dentro de la cafetería, que se encuentra enfrente de las puertas de llegada, para poder leer en el luminoso cómo se encontraba el vuelo. No puede encontrar otra pantalla de información de vuelos, salvo aquel que se encontraba dentro de la cafetería. Después de más de una hora de espera, el vuelo llegaba con retraso y dos cafés cortados, recibí a mis parientes. Al llegar a los ascensores de bajada a los aparcamientos, era tal el número de personas que decidí ir andando por la escaleras. Cargados con las maletas y por las escaleras era la forma más rápida de salir de aquel lugar. En total con cafés, parking, gasolina y autopista, ir a buscar a mis parientes a Santiago me costó la friolera de 30 euros.