El gallo ha ocupado un rol muy importante en el zodíaco chino desde el momento en que el Emperador Amarillo Huang Di convocó a todos los animales a palacio. El gallo emprendió el camino pero se encontró con el dragón, a quien le obsequió el poder de volar; al continuar con la travesía se topó con un río y ante esta imposibilidad su primer impulso fue retornar a casa, pero entonces se produjo el encuentro con el perro y el mono, ambos en la misma situación; así uniendo sus cualidades construyeron una balsa con la madera que se encontraba alrededor y el gallo ocupa desde su arribo a la residencia real el décimo lugar en el mundo zodiacal.
Los tres signos constructores de la balsa dominan de forma constructiva la energía de madera, por eso el gallo es un organizador nato, un crítico inclemente y se caracteriza por su puntualidad y longevidad. Pero al encontrarse regido en este ciclo por el fuego purificador como su antecesor el mono, hay que estar preparado para no sucumbir ante las llamas.
El gallo es también un ser original que impone una renovación existencial interna y externa, una vuelta a la Naturaleza en plenitud en tiempos de realidades virtuales y relaciones en las que priman el desencuentro y la indiferencia. Sacudir toxicidades propias y ajenas y retornar al interior infinito en un fructífero reencuentro con la esencia profunda resulta propicio para purificarse sin estallar.
En este sentido, el Gallo nos ayuda porque su energía es adecuada para elevar el chakra laríngeo a través del canto, la oración y la meditación. Plegarse implica, en consecuencia, despertar temprano, ser pacientes y perseverantes para obtener algún logro personal y preservarse de la atmósfera ígnea del fuego mediante la introspección, la vida familiar y los afectos: pautas a tener en cuenta y así transitar sin sorpresas intempestivas este nuevo ciclo.
Para profundizar acerca del devenir del año del Gallo de Fuego, resulta propicio sumergirse en la lectura de la preclara Ludovica.
Último aquelarre anual
El tiempo se fuga en nuestras hechiceras reuniones y esta última y especial no fue la excepción: de la peqieña picada a la comida china transportada por Adri, del elixir de sidra, ananá e hielo picado concienzudamente licuado por Ale, de los sabores de mascarpone y chocolate matizados con algún frutal en el momento del helado: el sibaritismo del festejo fue acorde a su carácter sagrado.
Y antes de partir, cada una se concentró en su femenina energía para obtener la señal que el Oráculo señaló con su saber ancestral hasta que llegue el momento de renovar nuestra comunión fraterna, ya en los albores del año del Gallo.
Sales y máscaras
En este caso, las sales que he escogido poseen una connotación especial porque fueron adquiridas en Glastonbury, ese enclave encantador del condado de Somerset que en tiempos del rey Arturo se encontraba rodeado de agua y era gobernado en su aspecto sutil por la Dama de Avalon. Desde allí arribaron a mi hogar estas sales que remiten con su nombre al cielo y transforman la costumbre del baño en un ritual benéfico.
En Oriente el culto al cuidado de la piel alcanza niveles inimaginables y el empleo de mascarillas faciales constituye una obligación casi diaria, con la peculiaridad que no se comercializan como cremas o geles sino como gasas del tamaño del rostro embebidas en activos esenciales que poseen alto poder de penetración. En Argentina no se venden de manera masiva sino que hay que trasladarse hasta el Barrio Chino sito en Buenos Aires, donde se consiguen en Tina&Co.
Mi hijo, de visita en la capital, deambuló felizmente por el Barrio Chino y cumplió con el encargo materno adquiriendo una buena provisión de productos de belleza orientales, entre los que se encuentra Sea Weed Essence, en base a extractos de algas marinas que penetran en la piel del rostro y le aportan una considerable hidratación. Con un plus: una vez empleada durante los 20 minutos indicados por primera vez aún concentraba buena parte de sus principios activos, asi que guardada cuidadosamente en el envase para evitar que se seque puede ser utilizada con éxito en otra oportunidad.