Me encuentro haciendo cosas que nunca creí, de las ordinarias y de las trascendentes. Con una capacidad que no hubiera creído para sentir el quiebre y el dolor de personas literal y metafóricamente cercanas y lejanas.
Es un mundo loco, enfermo de varios lados, podrido en otros, maravilloso, con colores, aromas y magia como la del ciclo del agua.
La vida no se parece a lo que pensaba a los quince años. Es muy cortita: está bordeada por muerte y llena de muerte. No se puede domar ni detener: hace lo que tiene que hacer: hace que se haga.
Me tienen sorprendida, la vida y el mundo, aunque no pasa nada de lo que no tuviera antecedentes o contexto y que comprenda al menos al mínimo nivel.
Me tiene sorprendida mi vida. Me hago un nuevo mundo.
Silvia Parque