NUNCA MÁS.
Escrito por: Luis García Miró Elguera. (DIARIO EXPRESO).
La izquierda tiene una deformación vertebral en cuanto al concepto de gasto Fiscal. Su desfiguración estriba en que considera que se trata de ‘gasto social’, no de ‘gasto Fiscal’. En consecuencia convierte las arcas del Estado en botín de quien detenta el poder. Por eso apenas se entroniza en algún espacio estatal, automáticamente abusa del dinero del contribuyente; el único que aporta al Erario porque la plata no nace de los árboles. Y traslada esos recursos al objeto de su ideologízada percepción política, que consiste en hacer humo los fondos públicos usándolos en proyectos paternalistas y demagógicos,para narcotizar al pueblo y conseguir que la gente pida reelección creyendo que con un régimen zurdo podrá seguir viviendo del subsidio estatal.
Una mentira universal. Porque los recursos de un país son finitos. Y si el contribuyente ve que su dinero lo malversa una cúpula neosocialista presumida –que engaña a la sociedad con la ilusión del gasto social, léase subsidios y despilfarros “solidarios”–, pues sucede lo que le pasó al Perú a finales de la década del ochenta, cuando la ciudadanía optó por prescindir de papá Estado cleptómano y despilfarrador y se trasladó a la informalidad, donde el éxito vino acompañado de un desarrollo sin precedentes. Una informalidad que, dicho sea de paso, desterró a la izquierda como alternativa de gobierno; y una expulsión que permitió el progreso peruano demostrado en la solidez de su macroeconomía, el crecimiento exponencial de las inversiones pero, sobre todo, en la fenomenal disminución de la pobreza: 55% en siete años. Es decir, la respuesta se convirtió en la receta precisa –aunque no la perfecta– porque permitió que prospere la sociedad en su conjunto. Sin duda el camino de la informalidad fue una reacción a la trampa socialista, no una alternativa adecuada a largo plazo.
Sin embargo la izquierda persevera. Y fiel a su estilo falaz y fariseo vocifera sus cantos de sirena; su oferta asistencialista de quemar los impuestos. Y claro, no le importa que se agoten los recursos porque su mejor actuación en el gobierno es cuando la economía entra en crisis; cuando imperan los controles; cuando campea la escasez; cuando surgen las colas para hacer cola. Es decir, cuando la sociedad está a merced del régimen autoritariio y sobrevive sólo quien adula al gobernante. Como hoy ocurre en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Argentina. El opio socialista opera como oxígeno para los caciques de turno. Hasta que el país colapsa. Luego llega el cambio de ciclo. Nos sucedió y el descalabro no fue sólo económico, sino que vino acompañado del terrorismo. Pero fuimos fuertes y perseverantes y el Perú renació de las cenizas. Hoy el turno del desastre es de los países socialistas de la región. Perú no quiere regresar a ese mundo de miseria.
FUENTE: DIARIO EXPRESO. http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/nunca-mas