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Nunca volverás (Hans Koppel)

Publicado el 15 enero 2013 por Montse @almaprendida
Nunca volverás (Hans Koppel)Datos técnicosTítulo: Nunca volverás (Kommer aldrig mer igen)Autor: Hans KoppelEditorial: PlanetaPrimera edición: Octubre de 2.012
SinopsisMike, su esposa Ylva y su hija Sanna viven en una casa en Helsingborg, en el sur de Suecia. Una tarde, tras el trabajo, Ylva no vuelve a casa. A medida que pasan las horas su preocupación va en aumento. Pasados unos días, al darla por desaparecida, la policía comienza a investigar. Ylva está secuestrada a pocos metros de allí, en la casa de sus vecinos; esa pareja mayor que se mudó hace unos meses al barrio y que parece tan normal. La máxima crueldad es que la pareja ha instalado una cámara en la casa de Ylva, y esta puede ver todo lo que acontece allí en la pantalla que corona su precaria habitación. Impotente, grita ante una pantalla que le muestra en directo la que hasta ahora era su vida cotidiana, una vida de la que ha dejado de ser protagonista.
AutorHans Koppel es el seudónimo de Petter Lidbeck, un escritor sueco nacido en 1.964.Nunca volverás es la primera entrega de una triología.
ArgumentoYlva vive, junto a su marido y su hija, en un pueblecito al sur de Suecia.Un día, al volver del trabajo, es secuestrada por una matrimonio.Conforme avanza el tiempo, Mike pierde la esperanza de que algún día vuelva a casa y algunos empiezan a verle como sospechoso de su desaparición.Lo que ignora es que su mujer se encuentra apenas a unos cientos de metros de él, encerrada en el sótano de sus vecinos.¿Volverá Ylva algún día al lado de su familia o quizá "nunca volverá"?.
  • La descarga hizo que el cuerpo de Ylva se arqueara por completo. El dolor era paralizante y ni siquiera pudo gritar. Al segundo siguiente su cuerpo se relajó e Ylva se desplomó con la cabeza sobre el regazo del hombre. Se sorprendió de que la respiración continuara sonando a pesar de que ninguna otra parte de su cuerpo respondiera.
  • La mujer abrió la puerta del garaje con un mando y entró. Esperó hasta que la puerta quedara cerrada a sus espaldas antes de bajar del coche y abrir la puerta de atrás. Con ayuda del hombre, la mujer bajó a Ylva al sótano sin decir ni una palabra. Tumbaron a Ylva sobre la cama y le esposaron las manos al cabezal.
  • El agente de policía que atendió la llamada de Mike se mostró tranquilo y comprensivo. Le preguntó, sin que resultara bochornoso, si Ylva tenía algún historial depresivo o de tristeza, si había desaparecido alguna vez antes sin dar señales, si últimamente Mike e Ylva podían haber discutido o discrepado en algún asunto del hogar.


Opinión personalDespués de leer El silencio de tu nombre de Andrés Pérez Domínguez me apetecía una cosa más ligerita y lo mejor en esos casos es un thriller o chick-lit. Jamás volveré a hacer lo mismo: después de una novela magistral me pondré con otra que esté, por lo menos, a su altura, no a años luz, porque, aunque no queramos, siempre tendemos a comparar. Y Nunca volverás solamente ha dado la talla como entretenimiento y poco más.Verdaderamente, con un título tan impactante, una portada con una escena de esas de película de miedo y con una sinopsis muy atrayente, imaginaba un thriller claustrofóbico, de esos que nos ponen el corazón en la garganta cada vez que pasamos una página; pero no: promete pero se queda en eso, en un "quiero y no puedo". El argumento es muy bueno y muy original, pero el resto deja muchísimo que desear. La obra es demasiado corta y no permite el correcto desarrollo de los personajes ni de los escenarios.Ambientada en Helsinborg, en un período de dieciocho meses, está estructurada en 63 capítulos cortos.Con un estilo conciso y sencillo, la novela, escrita en tercera persona, con un narrador omnisciente, siguiendo un orden cronológico lineal (excepto el racconto del final), tiene una trama bien enlazada, con capítulos y escenas dedicados a personajes diferentes, a los que al principio no les vemos ninguna relación con la historia principal, que el autor consigue ir encajando poco a poco hasta convertirlos en un todo único.El ritmo, para un thriller, es bastante lento para mi gusto y tiene muchísimos altibajos, pero el autor sabe manejar con maestría los giros imprevistos y mantenernos con una intriga hasta el último capítulo (el mejor de todos, sin duda, algo que sucedió hace veinte años y que es el desencadenante del argumento de la novela).Los personajes muy planos, planísimos; ni siquiera he conseguido empatizar con Ylva, la mujer secuestrada; los dos policías son dos arquetipos, igual que el periodista, y Mike, el marido, parece que no tiene sangre en las venas.Los ambientes apenas esbozados (sabemos donde estamos porque el pueblo se menciona a lo largo de la obra en algunas ocasiones) y lo único que ha conseguido impresionarme un poco, por su crudeza, han sido las escenas de tortura a las que someten a la víctima. Quiero destacar las introducciones de algunos capítulos sobre la evolución de las víctimas de este tipo de delito, desde la rebelión hasta su anulación como personas, que son fabulosas.El desenlace insospechado e impensable, conseguido con unos giros inesperados que nos conducen a un final imprevisible. Y como ya he comentado, el racconto del capítulo final, lo mejor del libro, sin ningún género de duda.¿Volveré a leer a este autor? Sin pensármelo ni un momento. Soy una adicta a la literatura nórdica y creo que la segunda parte (que no puede ser una continuación de éste, porque no tiene un final abierto) seguro que será mejor. ¿Te la recomiendo? Pues no lo sé, depende de como sea de interminable tu lista de libros pendientes. Si quieres desconectar, sí; si te gusta la novela nórdica de calidad, tengo mis recelos. Lo dejo a tu elección, porque a mí lo de recomendar, salvo excepciones, me da mucho, pero que mucho, miedito.
  • Cuando las víctimas están lo suficientemente doblegadas, comienza el proceso realmente maléfico. El perpetrador, que hasta el momento les ha pegado y humillado, de repente se vuelve generoso. La víctima se queda desconcertada y empieza a reevaluar al perpetrador, incluso a negar los maltratos previos. El perpetrador sólo lo hacía porque se veía obligado a ello. La víctima lo comprende. La víctima empieza a vivir su situación como normal y elegida por voluntad propia.


Valoración: 7,5
Leído el 2 de Enero de 2.013
Nunca volverás (Hans Koppel)

Montse Martín




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