TEXTO NUTRICION CONSCIENTE: LUDOVIC LEMAIRE
La sensación general es que vivimos cada vez más tiempo, pero con un bienestar muy relativo. Solo hay que mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de que aunque estemos en 2011, con avances científicos jamás alcanzados en el pasado, existen graves problemas de salud, como la obesidad y un importante desarrollo del cáncer, así como otro tipo de patologías como el Alzheimer y Parkinson.
Reflexionando un poco se llega rápidamente a la conclusión que algo en la salud de nuestra sociedad no funciona, y que si deseamos mejorar nuestra calidad de vida de forma significativa hay que buscar otras vías, distintas a las que nos proponen los grandes medios de comunicación.
Es a partir de esta idea, que comencé mi viaje personal hacia la nutricion consciente hace unos 15 años. La verdad es que salvo un poco de cansancio, unas espinillas en el rostro y alguna tendinitis ocasional debido a la carrera a pie que practico, tenía la suerte de no sufrir ninguna patología grave.
Apasionado por mi deporte, el triatlón, iba buscando formulas (naturales) para mejorar mi rendimiento y así poder nadar mejor, ir en bici mas rápido y correr con mayor velocidad. Si además de eso, podía evitar lesionarme, aun mejor. Empecé entonces a interesarme por la alimentación en general, y a buscar qué tipo de nutrientes tenía que consumir para rendir al 100%.
A partir de ese momento empecé a ir de sorpresa en sorpresa. La gran parte de lo que creía que era saludable o bueno para la salud, no lo era en realidad. Mi primera etapa consistió en el año 2000, en dejar de consumir leche y yogures de origen animal. Efectivamente aprendí que la leche de vaca, entre otras cosas, además de aumentar mucosidades, incrementaba los procesos inflamatorios.
Este primer cambio fue bastante importante, ya que desde mi infancia me encantaban los yogures y el chocolate con leche. Poner en cuestión el aspecto saludable de esta familia de productos no ha sido nada fácil, ya que culturalmente es algo muy desarrollado en nuestra sociedad.
Aunque había dejado de consumir lácteos, seguía con cansancio en varios momentos del día, cosa que me parecía cada vez más extraña. Por lo tanto, seguí mi viaje y descubrí el tema de las intolerancias y alergias alimentarias.
En 2005, me hice una análisis de sangre en un laboratorio de Múnich, Alemania, donde me detectaron numerosas intolerancias, relacionadas con una cantidad importante de alimentos que consumía de forma regular. Entre otras cosas los huevos y todos los productos a base gluten, tenían que dejar de formar parte de mi dieta cotidiana si quería tener esta vitalidad que tanto buscaba. Cuando recibí los resultados de esta prueba me pregunté porqué todos las personas interesadas en su salud y bienestar no se hacían este análisis. ¿Por qué los médicos, no me lo habían aconsejado anteriormente? Al final, ¿no es lógico que un cuerpo se sature de un alimento, cuando se le da cada día desde hace docenas de años?
Este ha sido realmente un paso importante en mi camino, ya que poco a poco empecé a darme cuenta de que lo que comía tenía consecuencias reales e inmediatas sobre mi estado físico en general. Pero sobre todo, de lo que me di cuenta es de que mi nivel de energía se incrementó, y el cansancio que tenía en los años anteriores desapareció casi por completo. Empezaba a pensar más rápidamente, a tener más ganas de emprender cosas. Al final estaba más féliz. No podía parar a mitad del camino, y entones decidí documentarme más en profundidad sobre el poder de la alimentación.
Cómo prevenir enfermedades, cómo tener aún más energía, cómo dormir mejor por las noches, cómo evitar refriados, cómo pensar aún más rápidamente, ¿cómo al final prevenir en vez de curar? En este momento, dos personas importantes entraron en mi vida:
Primero mi mujer, que al ser vegetariana desde su infancia, no consumía carne, ni pescado. Al principio, personalmente no podía concebir una comida completa sin al menos un trozo de pescado o un trocito de pavo. Por eso, aunque ella no compartía esto conmigo, me lo seguía comprando. Hasta el día que sin darme cuenta, empecé naturalmente a ser vegetariano. No sé si será por el tema del olor del pescado en el frigorífico o en el cocina, o bien la falta de estos elementos en casa, pero a los pocos meses, me di cuenta que ya era vegetariano. Además el 100% de los alimentos que comía eran procedentes de la agricultura ecológica.
El segundo factor importante, fue la lectura de un libro muy interesante, titulado “La alimentación o la tercera medicina” del Doctor Jean Seignalet. Allí descubrí, que si bien era un avance importante evitar consumir productos lácteos y con gluten, era igual de importante no cocer los alimentos que ingerimos por encima de los 110°C y en la medida de lo posible comer productos de origen ecológico. El Doctor Seignalet trabajo durante más de 30 años en el hospital de Montpellier en el sur de Francia, ayudando a curar todo tipo de patologías. Gracias a sus recomendaciones, consiguió resultados excepcionales en numerosas patologías como la poliartritis, las enfermedades auto-inmunes, el cáncer, etc. Un fuerte cambio se estaba produciendo en mi vida. Un mundo totalmente nuevo se estaba abriendo poco a poco ante mis ojos y cada vez tenia mas sed de conocimiento. Mis resultados tanto a nivel profesional, como practicando mi deporte mejoraban a diario, y tenía cada vez tenía más fuerza y más ganas.
En la vida son pocas las veces en las que no queremos ir más allá. Descubrí entonces uno de los libros que probablemente más me impacto, “El milagro del PH” del Doctor Robert O.Young. Gracias a este libro entendí el porqué de todo lo que había aprendido anteriormente.
Todas las preguntas cómo: porqué la leche de vaca no es idónea para el hombre, porqué evitar al máximo las proteínas animales, porqué es mas saludable comer una gran mayoría de alimentos ecológicos crudos y no cocidos, tenían por fin una respuesta clara.
Para nuestro organismo es tan importante mantener su temperatura en 37°C, como lo es mantener el equilibrio de su PH sanguíneo, que tiene que ser en 7,365. Sin embargo, la gran mayoría de lo que comemos hoy en día acidifica. ¿Qué quiero decir cuando digo la gran mayoría? Pues, el azúcar en general, los alimentos refinados, la mayoría de la fruta, los productos lácteos, carne y huevos, la sal, el alcohol, etc. Conocer, por ejemplo, que un cáncer tiene muy poca probabilidad de desarrollarse en un organismo alcalino, anima a retirar estos alimentos acidificantes de nuestra dieta.
¿Cuáles son los principales alimentos que tienen un efecto alcalinizante? Las verduras, hierbas, alimentos crudos, alimentos frescos y ecológicos, agua, proteínas no animal, grasas no saturadas, germinados, algas, especias, zumos frescos de verduras verdes, limón, lima, pomelo, tomates, aguacates, semillas, etc.
La idea consiste en comer una media de un 75% de alimentos crudos y alcalinizantes, de tal forma que evitemos acidificar nuestro organismo. ¿Por qué crudo y no cocinado? Simplemente porque entre otras cosas, cuando cocinamos nuestros alimentos, perdemos entorno a unos 60-70% de los nutrientes y las grasas se saturan. Al no comer y cocinar de modo “tradicional”, nuestro organismo está más propenso a ser “atacado” por elementos acidificantes, y en consecuencia procura reequilibrar el PH. ¿Pero de qué manera? Pues buscando los minerales necesarios en nuestro sistema. Primero los encuentra en el flujo sanguíneo, hasta al momento en que las reservas de minerales ya no son suficientes, y entonces las tiene que buscar en las reservas fundamentales del cuerpo, es decir en los huesos.
A partir de esta situación, empiezan todo tipo de patologías más o menos graves. Entendemos por alimento crudo el que no ha sido cocido por encima de los 41°C, temperatura encima de la cual se empiezan a perder nutrientes y enzimas. Para ayudarnos con este tipo de dieta, existen varias herramientas que nos permiten seguir consumiendo alternativas al pan o a las pizzas, como es por ejemplo un deshidratador. Hay varios modelos disponibles en el mercado, como el Excalibur o el Sedona. También utilizamos a diario una licuadora de calidad que nos permite realizar todo tipo de salsas, sopas y zumos, y por supuesto una germinadora que nos ayuda a preparar los germinados, tan importantes en este tipo de dieta cruda. En fin, como veis, entre el comienzo de este largo viaje y el día de hoy han pasado más de 10 años. De una persona consumidora de una dieta “normal”, he pasado a ser vegetariano (sin carne y sin pescado), luego a ser vegano (sin carne, sin pescado, sin huevos y sin lácteos), y desde hace unos cuatro años estoy desarrollando la parte crudivegana, es decir, cociendo al mínimo y consumiendo un máximo de alimentos crudos y alcalinizantes.
¿Qué me han aportado hasta ahora estos cambios tan importantes en mi forma de alimentarme?. Principalmente más energía, más ganas de realizar proyectos, más espiritualidad, más ganas de proteger al medio ambiente incluyendo los animales, menos agresividad en situaciones complejas y más confianza en mi mismo. A nivel deportivo, mis resultados han mejorado de forma significativa y progresiva: ya casi no tengo agujetas después de una prueba intensa, recupero mucho más rápido y duermo mejor.
Accesoriamente, ya no sufro de tendinitis. A nivel profesional, tengo mejor concentración y mayor capacidad para trabajar más horas. A la vez, soy consciente de que todavía queda bastante por recorrer, eso es lo bonito de este viaje. Ahora toca descubrir cuál es MI fórmula para la salud. Cada persona es única y no existe una dieta ideal para todos. El trabajo continuo consiste en averiguar lo que funciona para uno mismo, y lo que no. Uno tendrá que poner el acento sobre la aportación de proteínas vegetales, otro sobre el consumo de grasas. Unos tendrá que vigilar mas sus niveles de B12, y otros el consumir suficiente Omega 3.
Es también la oportunidad de conocer a gente nueva, abierta y llena de energía. En este camino quiero ante todo agradecerle a mi mujer Imke, su amor y acompañamiento diario en este extraordinario viaje. A Gabriela y David de” Vida en tu Comida”, a Javier el chef espiritual, a Beverley Pugh de “Pure Passion for Life”, a Megumi de “Vivir Divinamente”,… en fin, a todos los que promueven de forma intensa las virtudes de este tipo de dieta en España y en el mundo. Y por supuesto al Dr. Gabriel Cousens, que estuvo por primera vez en Madrid el pasado mes de noviembre, para presentar sus tres nuevos libros escritos en español.
El Dr. Gabriel Cousens, además del Dr. Young y el Dr. Brian Clement del Instituto Hippocrates en EE.UU, son probablemente los mayores referentes en este mundo crudo vegano. Invito a todo aquel que desee mejorar algo en su vida, a leer sus diferentes libros y si se lo pueden permitir, visitarles algún día en EE.UU. Espero que este articulo os anime aún más a seguir vuestro propio viaje hacia el bienestar. Se te ha interesado este artículo, te sugerimos varios libros:
“Alimentación consiente”, del Dr. Gabriel Cousens. (Disponible en español).
“Nutrición espiritual”, del Dr. Gabriel Cousens. (Disponible en español).
“Hay una cura para la diabetes”, del Dr. Gabriel Cousens. (Disponible en español).
“The PH Miracle”, del Dr. Robert O.Young y Shelley Redford Young. (En inglés).
“L’alimentation ou la troisième médicine”, del Dr. Jean Seignalet (En francés).
Los libros en español del Dr. Gabriel Cousens se pueden pedir a través de estas dos direcciones de correo electrónico:
nutricion.consciente@yahoo.es y info@editorialantroposofica.com
Algunas webs de interés:
www.vidaentucomida.com
www.purepassionforlife.com
www.vivirdivinamente.es
www.germinectar.multiply.com
www.zenses.es