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Oarai Beach

Publicado el 28 julio 2010 por Amoreno
El fin de semana pasado estuvimos en Oarai Beach.
Oarai Beach
Oarai Beach es una de las playas más famosas de Ibaraki, la prefectura donde vivo.
Desde Tsukuba a Oarai Town tardamos en llegar unas 2 horas en coche. Era el sitio más conveniente porque las otras opciones suponían pasar por Tokio y probablemente nos tocaría sufrir atasco, así que fuimos a lo que más cerca nos quedaba.
Oarai Beach
Fuimos el primer sábado después de terminar la temporada de lluvias en Japón y se notaba que mucha gente tenía ganas de sol y playa. La playa estaba abarrotada.
Oarai Beach
Las playas de Japón no son muy fabulosas que digamos, la arena es negra y pegajosa y el agua del Pacífico está helada, pero con la llegada del verano teníamos muchas ganas de pasar un día en la playa, nadar en el mar, tumbarnos al sol y relajarnos en definitiva. Oarai cumplía nuestras expectativas.
Oarai Beach
A la hora del almuerzo pude confirmar que ojo, ¡en Japón también hay chiringuitos! No sólo a los españoles nos gusta sentarnos a tomar una cerveza y a comer en un restaurante a pie de playa. No me esperaba para nada encontrar algo así en Japón, jeje.
Oarai Beach
Oarai Beach
Estuvimos todo el día tostándonos vuelta y vuelta al sol y entrando de vez en cuando al agua para refrescarnos pero como digo estaba helada. Al final del día ya empezaba a estar más buena el agua y apetecía quedarse dentro pero entonces pasó algo que no esperábamos: dieron las 5 de la tarde y ¡cerraron la playa!
Oarai Beach
Como os digo, en cuanto dio la hora los socorristas se metieron en el mar y empezaron a pedir amablemente a la gente que se saliera del agua y volviera a la arena.
Oarai Beach
Al momento, no quedaba nadie en el agua. La gente había vuelto a sus toallas, había recogido todo y se había ido a su casa.
Oarai Beach
La playa empezó a quedarse desierta.
Oarai Beach
Nosotros no entendíamos nada, todavía quedaban por lo menos 2 horas de luz y era el mejor momento del día para disfrutar del agua. No estábamos dispuestos a volvernos a casa tan pronto así que esperamos a que los socorristas se marcharan y volvimos a entrar al mar.
Fue el momento que más disfrutamos porque después de estar todo el día abarrotada ahora teníamos toda la playa para nosotros. Podíamos jugar a la pelota sin miedo a golpear a alguien y correr entre las olas sin tener que esquivar a la masa de gente que había por la mañana. Mi amigo Nick aprovechó para sacar la cámara y tomar estas fotos:
Oarai Beach
Oarai Beach
Oarai Beach
Oarai Beach
Oarai Beach
Agradecimos mucho haber ido a la playa ese día. Acabamos todos más rojos que un cangrejo pero mereció la pena.

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