¿Obsesión? por la privacidad en la red

No deja de sorprenderme la cantidad de esfuerzo que empleamos continuamente en tratar de asegurar la privacidad en la red. Siempre estamos quejándonos de que tal o cual compañía (últimamente, casi siempre la misma) infringe nuestro derecho a la privacidad por publicar una foto nuestra por la calle, o que si los datos que he puesto en otra red social resulta que pueden ser accesibles por más gente de la esperada...
No, entiéndaseme, no me parece mal que vigilemos por nuestra privacidad... pero, vaya, tampoco hay que pasarse, ¿no? Me parece más que razonable que intentemos evitar que nadie entre en nuestro PC, de la misma manera que evitamos que nadie entre físicamente en nuestra casa o nuestro coche. Vale. Guardamos datos que, de caer en malas manos, pueden hacernos un cierto roto (datos bancarios, contratos, trabajo, alguna foto comprometedora, etc.), y que debemos proteger. Para ello instalamos antivirus, firewalls, quitamos el Explorer, o, directamente, nos pasamos a Mac.
El problema (o la obsesión) surge cuando intentamos ir más allá de lo que iríamos en la vida "física". Es decir, cuando nos quejamos, por ejemplo, de Google porque ha publicado en Street View una foto nuestra paseando por la calle (pero cuando salimos a pasear no pedimos al resto de transeuntes que cierren los ojos, ¿no?). O cuando entramos en una tienda on line de manera anónima porque no queremos que guarden nuestros datos personales... y no nos preocupa que nos graben con cámaras de seguridad cuando vamos a comprar a una tienda física, ni nos preocupa que el dependiente pueda clonar o apuntar los datos de nuestra Visa.
Es cierto que el concepto de red (o nube) como algo difuso, oscuro, no contribuye demasiado a generar confianza; también es cierto que las numerosas ciber-estafas de las que oímos hablar continuamente tampoco ayudan. La seguridad tiene una componente muy fuerte de percepción, pero, desengañémonos, estafas ha habido siempre... no es necesaria una red para ésto. El timo de la estampita no requiere de una tecnología especialmente compleja, sino sólo de un capullo lo suficientemente avaricioso...
Internet nos permite realizar un montón de acciones de forma anónima, para las que antes teníamos que identificarnos. Yo mismo he elegido mantener el anonimato en este blog, sobre todo por intentar comunicar lo más libremente posible mis opiniones sin preocuparme por repercusiones en ciertos círculos con los que tengo relación y que sé que no las compartirían. Es un beneficio que podemos y debemos aprovechar, pero tampoco debería convertirse en una obsesión. Por los derroteros por los que avanza la sociedad, tampoco creo que esta, digamos, "libertad" siga vigente mucho tiempo, sino que cada vez se permitirá menos el anonimato en la red, de la misma manera en la que no se permite en la vida "física" (recuerdo aquí la obligación que tenemos todos de llevar siempre encima nuestro DNI y mostrarlo a los agentes de la ley que nos lo soliciten, nos guste o no).
Al final, si tanto nos preocupa que nos identifiquen, lo mejor sería que no utilizáramos Internet... porque está claro que, desde nuestro operador de red hasta nuestra empresa, pasando por los proveedores de servicios, tiendas virtuales, etc., al final, si quieren, todos sabrán quiénes somos y qué hacemos. Mantener la trazabilidad de nuestra navegación e ir cruzándola con los distintos sitios por los que vayamos es perfectamente posible desde un punto de vista tecnológico. Una buena legislación que nos proteja de ciertas empresas (como creo que tenemos) y una buena dosis de prudencia nos ayudarán a mantener la situación lo suficientemente controlada mientras disfrutamos de las ventajas que nos proporciona la red. Sin obsesionarnos.
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