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Odio: Crisis de angustia

Publicado el 15 octubre 2012 por Munchkinland

Odio a la gente

Odio que me hablen y más si me hablan mucho, odio que me hablen porque esperan que los escuche y no siempre me interesa escuchar. Odio que me hablen de otras personas, más aun si no las conozco, no en realidad odio que me cuenten chismes de personas que no conozco, eso me molesta mucho. Odio la gente que habla sin respirar, como si hubiesen estado un día entero con un bozal sin poder desahogarse, odio que hablen tanto, odio que me hablen de cosas que yo no tengo por qué saber. El silencio no es tan malo.

¿Por qué odias tanto?

A veces tengo ganas de llorar, siento que me persiguen, siento que esperan mucho de mí. No deberían esperar nada de mí, es eso, eso me molesta, me molesta que alguien espere algo de mí, por mínimo que sea. No esperen nada, yo no prometo nada, porque nada quiero y se los advertí, luego no es mi culpa.

Me gusta el silencio. Me gusta la soledad, me gusta mi pieza por las mañanas con la luz que entra por la ventana, mi música favorita, café un cigarro y un libro. Sería mejor si él estuviera en mi cama, o quizá yo en la suya, pero no una vez a la semana sino todos los días y seguro también me molestaría, pero no que me hable, sino que espere que esté con él todo el día y que no me deje ser y que también espere algo de mí y empezaría a odiarlo, o quizá no, pero bueno esperaría que eso no sea así y tenerlo en mi cama toda la semana, que no espere mucho de mí, que me deje ser y en las noches consumar en el acto lo que hemos esperado todo el día, porque de seguro también odiaría eso de él, que espera que yo esté y no quiero estar. Eso es, la gente espera que uno esté y yo, no quiero estar.

Odio este lugar, odio ver las cosas como yo no quiero que sean. Odio que el comedor parezca closet, que no sea como yo quiero vivir. Quiero irme y no puedo, eso es, por eso odio este lugar. Odio que la gente espere que uno tenga ganas, yo no siempre tengo ganas, de lo que sea, estar despierta, sonreír, salir, vivir.

Odio a la gente, que esperen cosas de mí, por mínimas que sean, odio tener que estar, porque yo no quiero estar. Odio que dependan de mi y yo depender de alguien. Odio hablar de lo que siento, sobre todo cuando no lo siento, odio que esperen que yo diga lo que siento y es extraño, hace dos semanas yo esperaba eso de alguien y ahora odio que alguien espere eso de mi. De todos modos, nadie lo espera… Tengo mucho odio para que alguien espere sentir de mí. ¿Es un cuadro depresivo? ¿O es un problema hormonal? ¿Es acaso esto normal?

Odio también no saber de él, pero no lo odio tanto, odio cuando te acostumbras a algo y ya no lo tienes, pero es mejor, es mejor acostumbrarse otra vez a no tenerlo, entonces te llenas de odio porque odias esperar que él esté y no está, te odias a ti misma, porque esperas algo de alguien y tu quieres que el resto no espere nada de ti.

Odio no tener a quién contarle esto y aunque soy contradictoria en casi todo lo que digo aquí, odio no tener a quién abrazar por las noches y decirle que lo amo. Odio quizá sentirme cada día más sola o quizá no es eso, solo odio que en vez de estar con algún confidente que me escuche, que no me cuestione, que no me pida nada y me dé un beso y me lleve a la cama, que me despierte en la mañana y que me diga que me ama, esté acá describiendo mi odio.

Odio querer cosas difíciles, odio querer un amante a tiempo completo, odio querer que sea él y sobre todo odio, que no sepa, cómo quiero que sea. Odio que no sepa que quiero mi vida tal cual está, pero sabiendo que soy de él y que él podría ser mío, pero odio también eso porque no es cierto, la ilusión se rompe en un segundo y odio no saber a ciencia cierta si lo quiero a él o no y odiaría el hecho de quererlo a él, y cuando digo querer no hablo de sentimientos, porque aunque ustedes odien esto, no siento nada. Si sentía algo, ya se murió. Odio quererlo a él, solo porque me acostumbré y porque me gusta, nada más por eso, odio que me guste, podría gustarme otra persona, alguien que me quiera como yo también quiero.

Odio el vacio y también el mismo odio, odio llevar una plana y media describiendo mi odio, porque da a entender que tengo mucho odio dentro y lo peor de todo, es que no encuentro la raíz de mi odio. Yo creo que es todo lo que me rodea, es la gente que no quiero que esté y la que no está, es por las cosas que se dicen y las que no se dicen, por lo que pasó y por lo que no pasó.

Odio las noches largas y odio pensar, odio pensar tanto, uno podría desconectar el cerebro por un ratito para no pensar. Odio que desde el cinco de octubre el alprazolam pareciera ser la solución a todos los problemas, odio querer solucionar el problema todos los días, odio querer con todas mis ganas y no hacerlo. Odio sentir que esto parece ser una crisis de angustia y volver a pensar que el alprazolam podría solucionarlo todo.
No sueño

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