Somos tiempo, cuerpo pvc. Pedacito de otros, en uno, que nos arma en peso. Pliegue que se queda frito cuando alguien falta. Tal vez que quede tanto de la ausencia no sea más que una risa contagiada, germinada, de cubo mágico que somos.
Me alegra que tanto amor no entre. Que pueda salirse en lágrimas y quedarse en moño. Que se conviertan en nuevos pedacitos de uno hasta ser playa. Porque el desamparo de la conciencia en un abrazo no se ve. Y los abrazos que no se olvidan son los que se dan porque sí, porque abrazan.
Me quedo esperando a que el ojo, cuando lo mire, se transforme en universo. A que pueda engordar esos pedacitos que ya no tengo para ver porque son célula, porque ya son abrazo. Y que el oficio de la mirada adelante las huellas de los pies.