Abandonar la mirada en la hipnótica nana de la mar
y buscar respuestas en su regazo,
sin nada hallar.
Sólo juguetones guiños al sol,
vagos espejismos de mi temor.
Son olas dobles
divirtiéndose en mi honor.
No son dos olas.
Es sólo una.
Es doble.
Es verdad y mentira a la vez.
No son consecutivas,
no se esquivan.
Es una.
Es la misma ola naciendo
de sí misma otra vez.
La ola que se revela contra el abismo
derrotada por su insolencia,
se esfuma sonriendo
deshaciéndose en espuma,
sabiendo que tu pregunta
no alcanzará su secreto.
Olas dobles escondidas en la inmensidad,
jugando al qué dirán.
Ocultando su respuesta
a tu mirar.
Mi tormento me susurra
que todas las respuestas
son la misma pregunta.
Que todas las preguntas
son los mismos errores.
Que el error es preguntar.
Las olas dobles nunca responderán.
Nada ocultan, todo lo muestran.
Responden sin preguntar.
No tiembles, no desmerezcas
una respuesta que no puedes soportar
Sólo observa, disfruta, siente
las olas dobles en el mar.
Te lo están diciendo
¿no lo oyes?
el secreto está en disfrutar.
En amar la belleza, la magia,
en no preguntar.
En sentir el ritmo
la matemática
la cadencia
sin molestar.
Las olas dobles sólo existen
en tu mirar.
Mira dentro, observa, vive, goza,
sé mar.