Olvidé mi contraseña de Facebook. Luego la recordé, pero fue raro no recordar un dato que uso varias veces al día.
A veces me pasa con el nick de la tarjeta de débito. Hace rato, con la de Facebook, estaba cambiando unas letras de lugar; pero a veces con la tarjeta estoy frente a la caja registradora o frente al cajero automático, con la mente en blanco.
Hace años me regalaron unos ejercicios de memoria que se veían interesantes, pero luego de un par de días, me aburrí y lo dejé. Habrá que retomarlos.
Silvia Parque