Revista Talentos
Once maneras de ponerse el casco
Publicado el 07 enero 2015 por PerropukaComo todos saben, Bolivia es el país de los más listos, paraíso de la creatividad desbordante, donde una y otra vez la inteligencia de la especie se pone a prueba. De entre los más avispados y singulares sobresalen últimamente los motociclistas que siempre se las han ingeniado para rehuir el uso del casco obligatorio. Años de cabalgar mechas al viento cual rebeldes salvajes de carretera o porque el casco de mierda rebaja la pinta, han impedido que se consolidara este artefacto de seguridad. Tampoco es ocioso decir que la policía de tránsito jamás se preocupaba por efectuar los controles, ya que era muy normal ver a uniformados conduciendo su moto como si fuera una bicicleta. Recién en los últimos años, quizá por la caótica proliferación de las motos chinas (ahora hasta mi vecino anda con su chopper ‘Honda’ tuneada con stickers) las autoridades se han puesto más o menos serias con el tema y andan efectuando constantes batidas para capturar motos indocumentadas y multando a aquellos que no llevan el casco, que no portándolo en la cabeza, el asunto es mostrarlo y punto.
Si, han oído bien, el truco es tenerlo aunque sea amarrado en el manubrio para que llegado el momento, al avistar a poca distancia un “operativo sorpresa”, los conductores resultan ser más listos que los agentes poniéndose el caso reglamentariamente, aun en las mismas narices de estos que sólo les echan unas amonestaciones de manual. El único imbécil que queda multado y con la moto retenida es aquél que se olvidó en casa el casco antes que el celular. Cualquiera se consigue hasta una olla y le pone un cordón a modo de correa con tal de pasar los controles sin novedad. Que el material del casco o la forma cómo se utilice, es lo de menos. La cosa es pasar la I.T.V. (que no la inspección técnica vehicular), o sea la inspección técnica visual del agente: con casco o sin casco, pase usted, caballero.
A las imágenes me remito para testimoniar estas descacharrantes muestras de jugar a los valentines con las normas de seguridad. Empecemos por la normalidad, cada vez menos presente en este rincón fabuloso del planeta, tan revolucionario que se pasa de revoluciones:
1.- Modo teóricamente correcto.- hablo de colocarse el casco idóneo y de manera oportuna, aunque sea para una carrerita a la esquina. Desafortunadamente, pocos ponen en práctica esta sencilla y modélica prevención. Lo que en otras latitudes se ha asumido hace décadas como requisito natural y prácticamente un acto reflejo antes de conducir una motocicleta, aquí se sigue viendo como una norma innecesaria, tonta y hasta absurda. Solo los anticuados y giles se ponen el casco todo el tiempo, peor si hace calor.
2.- Modo Gorriti.- no es culpa del motociclista que los policías aún no se hayan enterado de que hace rato que llegan al país, elementos de seguridad para la cabeza con diseños que imitan gorras deportivas.
3.- Modo mascarón de proa.- una de las más comunes, que consiste en transportar el casco como elemento decorativo dándole una presencia señorial a la máquina, para que todos contemplen esa testera de toro embravecido.
4.- Modo solidario.- para aquellos pocos caballeros que todavía quedan, dispuestos a desnucarse con tal de que se salve su reina.
5.- Modo egoísta.- si yo me salvo es porque yo conduzco mi motocicleta, si en el camino se sube una pasajera o una amiga es a su riesgo, ni loco llevo un casco de emergencia.
6.- Modo paternalista.- un ejemplo que se ve a menudo en nuestras calles, con padres segurísimos de que van a salvar la vida de sus hijos pequeños colocándoles un casco de adulto, el suyo. Como sea, pasa también la ITV que hemos citado.
7.- Modo mercado.- no, no se confundan, eso podría ser fácilmente el cesto de la compra, quizá para transportar huevos u otros objetos delicados, que se asemeje a un casco es mera coincidencia. Otro de los casos más frecuentes, habida cuenta de que esta ciudad está poblada de mercados al paso.
8.- Modo almohadilla.- que es una manera creativa de prevenir lesiones severas, quizá para proteger el codo o parte del brazo ante un derrape o similar.
9.- Modo extraño pasajero.- tiene que ser siempre en el asiento del acompañante, algunos especialistas especulan de que podría tratarse de un alíen u otra extraña criatura. Un biólogo me ha sugerido que quizá pueda tratarse de un armadillo enrollado que viaja a dedo.
10.- Modo casco invisible.- sin duda el más listo de todos, seguramente portará un casco mágico tipo aureola de santo, ya que sortea sin problemas cualquier operativo o tendrá una especie de radar para esquivar a los retenes o salir a la calle cuando no hay policías controlando. Estos ejemplares son tan escurridizos que hasta mi cámara tuvo serias dificultades para registrarlos. Y si no, vean.
11.- Modo motociclista fantasma.- ¿no lo ven, ahí esperando el semáforo, parado sobre la línea de cebra? Es tanto su peso, que hasta las líneas blancas se curvan por su presencia. O tendré ojos biónicos o ustedes necesitan urgentemente acudir al oculista.