Sobrevuelas, gesto nubil elegante, onirica forma y en cascada de azabache te elevas al cielo del deseo.
Sutil trenza que encorpiña cintura de miel de reina veneno para el ojo ungüento para la mano.
Salto al vacio del pelo que vela sugerida espalda planeando mundos prohibidos mundos soñados no vividos.
Asuncion al cielo de diosa Envuelta en halo de misterio Tus piernas alas de deseo Tus brazos, cadenas de otro reo.
Pedro Iñigo Espinosa