No os podéis perder…
Callejear por las empinadas ruas de la ciudad es lo primero que debéis hacer cuando llegéis a Oporto. Mi consejo es que empecéis desde arriba, ya que hay muchas cuestas. Siempre se puede coger un tranvía si estás cansado, pero mi recomendación es visitar la ciudad a pie.
El casco viejo, es una maravilla. Patrimonio de la Humanidad, es obligatorio disfrutar de sus fachadas de marmol colorido que dan un toque distinto a la ciudad y sus cientos de Iglesias que inundan la vista allá donde mires.
En la parte más alta, nos encontramos con la famosa Iglesia dos Clerigos, donde destaca su alta torre de 75 metros de altura y más de 200 escalones.
No dejéis de visitar la Catedral de Oporto, situada en el barrio de Batalha, y uno de los edificios más emblematicos de la ciudad; así como el Ayuntamiento, la Bolsa y el Palacio Episcopal.
Para mi, la iglesia más bonita y curiosa es la de San Nicolau, por su fachada recubierta de azulejos azules que hará qu te pares a hacer una foto automáticamente.
Todo paseo parece llegar al rio, donde se encuentra el famoso
Puerto de Gaia y el Puente de Luis I, construido por uno de los discípulos de Gustave Eiffel.Si lo que quieres es ir de compras, lo mejor es recorrer la Rua Santa Catarina y para descansar de una mañana agotadora, tomarte una bebida caliente en el famoso Café Majestic y probar sus “natas” que recuerdan a los pastelitos de Belem.
Una noche muy especial
Nada mejor que un paseo por la Ribera del Duero, disfrutar de la brisa, tomarse un vino verde en una terracita al lado del puente mientras contemplas el atardecer, y sentarse a cenar un sabroso bacalao en uno de sus restaurantes que inundan la orilla del rio.
Para darse un capricho
La famosa editorial Conde Nast ha otorgado este año al hotel The Yeatman con el Premio a la Excelencia al mejor hotel de Europa y del Mediterraneo. Su restaurante tiene una estrella Michelín concedida en 2010 y también fue galardonado en 2012 por su extensa bodega. Pero no sólo sus premios hacen que merezca la pena alojarse en este magnífico hotel, también sus habitaciones tan bien cuidadas y su cercanía a las famosas bodegas de la ciudad.
Para los amantes del vino
Si acudís a Oporto entre septiembre y octubre, podéis aprovechar la época de vendimia en la Región del Douro, y realizar una ruta diferente por los pueblos repletos de viñedos: Pinhao, Covelinhas, Lamego y Peso de Régua.
Y si lo que tenéis en mente es probar el vino portugués más internacional, en la misma ciudad de Oporto, al otro lado del rio Duero, en Vila Nova de Gaia, tenéis las bodegas más famosas donde podréis disfrutar de una cata de vino guiada (Sandeman, Taylor, Calem…).
En definitiva, Oporto no debe pasarse por alto. Yo me quedé con las ganas de pasar más tiempo en esta encantadora ciudad portuguesa.