-No sólo de dinero, sino también de material, tiempo y esfuerzo…-. El jefe de planta les eleccionaba sobre la antepenúltima innovación corporativa.
Bermúdez comprendió que detrás de este nuevo concepto se escondía esa vieja idea, que había hecho tan suya, de fichar antes del café, de llamar a casa desde el despacho, de coger los azucarillos sobrantes de las reuniones, de jiñar en los retretes de la oficina.
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