¡Oh bendito San Antonio!,
El más glorioso de los santos,
el más admirable de todos los santos
él más gentil entre todos los santos,
tu amor por Dios,
tu caridad por sus criaturas
y tu afán por auxiliar a todos
te hicieron merecedor,
cuando estabas aquí en la tierra,
del don de los poderes milagrosos.
¡Oh bendito San Antonio!
Los milagros esperaban tu palabra,
y tú estabas siempre dispuesto
a pedir por todos aquellos
con problemas o ansiedades.
Animado por este pensamiento,
y seguro de tu bondad
te imploro obtengas para mí…
(Hacer la petición).
La respuesta a mi rezo
en tus manos te la dejo,
puede que requiera un milagro,
pero tú eres el Santo de los milagros
y en ti confío y espero.
¡Oh gentil y querido santo!,
cuyo corazón siempre está lleno
de compasión y ternura humana,
susurra mi petición
a los oídos del dulce Niño Jesús,
a quien le gustaba en sobremanera
estar entre en tus dulces brazos,
por favor te lo suplico,
no me dejes sin respuesta,
yo te rezare con fervor
y por siempre tendrás
la gratitud de mi corazón.
Amén.