14 de enero de 2016
Un día, mientras leía en el ómnibus, un señora me preguntó:
— ¿Leés poesía?
— Sí… —respondí— es el género que más me atrae...
—¡Debés ser un tipo complicado vos!
Me reí. Pensé entonces, como ahora pienso, en lo que escribió Joan Margarit: “Al acabar de leer un poema ya no somos los mismos porque ha aumentado nuestro orden interior”. La señora debía de tenerlo todo ordenado.