Muchas veces nos llevamos del orgullo y los prejuicios para juzgar a las personas, a veces estamos en lo cierto, pero la mayoría de las suposiciones que hacemos respecto al comportamiento y la manera de ser de alguien está ligada a los prejuicios, y por ende nos sintamos avergonzados.
El motivo de éste post es hacer mención sobre uno de mis libros favoritos Orgullo y Prejuicio (Pride and Prejudice), de la escritora inglesa Jane Austen. El otro día vi la película protagonizada por Keira Knithley y Matthew Macfayden y quiero decir que me encantó tanto como el libro, y quede atrapada en esta historia.Es definitivamente una gran historia, Austen plasma en la lectura, el amor con una naturalidad y frescura que envuelve a los lectores. Esto me hace pensar que todas queremos un hombre como Mr. Darcy, que al principio se creía mejor que los demás por su condición social, y poco a poco fue enamorándose de Lizzie, que lo odiaba por los prejuicios arraigados en su ser.En la película no hay besos, si hubiera habido besos, la película no fuera tan buena, porqué las escenas electrizantes entre ambos, como cuando le ayudo a subir al carruaje, cuando intento besarle después de su arrogante declaración de amor, donde le estrujó en la cara que estaba enamorado a pesar de luchar contra el pensamiento de la diferencias sociales.Lo que más me gustó fue ver que Lizzie era más arrogante que Darcy, que en el fondo era un hombre leal y cariñoso, sólo mostraba una imagen al público. La historia tuvo un final feliz, donde vencieron sus diferencias, y triunfó el amor. La banda sonora, los paisajes, los personajes, todo excelente.En fin, amo ésta historia, donde el amor pudo más que el estúpido orgullo y los prejuicios. Recomiendo a las romanticas empedernidas leer el libro y ver la peli.