El sol se asomó por el este, y bañó todo el valle de la Ciudad de Guatemala con su luz dorada. Un rumor de ánimo patrio empezó a colarse por entre las calles, los edificios, las casas, las gentes que adornaban sus ventanas con el insigne azul y blanco de la bandera nacional. La televisión se preparaba para su acostumbrada transmisión del día de la independencia.
En las calles aledañas al Palacio Nacional, cientos o tal vez miles de adolescentes, vestidos con vistosos uniformes de gala, portando bombos, redoblantes, cajas, platos, xilófonos, clarinetes y trompetas, comenzaron a reunirse y agruparse. La expectación crecía a cada minuto que pasaba. El día esperado por todos había llegado. El desfile escolar de independencia estaba por dar inicio.
Por la puerta abierta de mi habitación se coló el sol de rayos blanquecinamente brillantes de las ocho de la mañana. Abrí los ojos y, por la luminosidad que llenaba el espacio, supe que faltaba poco para que el desfile diera comienzo; salté de la cama y en ropa de dormir llegué hasta la sala, donde mi hermano, instalado frente al televisor, veía las primeras imágenes de la transmisión de aquella mañana del 15 de septiembre de 1981.
Una a una fueron pasando las distintas bandas que participaban en el desfile. Resultaba fácil reconocer si las mismas eran mixtas, de varones o de señoritas. Las primeras y las últimas, casi todas con una formación similar. Un par de jóvenes presidían el conjunto, portando el estandarte del colegio y el Pabellón Nacional, seguidos de un grupo de batonistas que realizaban malabares coreográficos con el batón que cada una portaba y, a continuación, venía el grueso de la banda escolar, que interpretaba diferentes piezas musicales de corte marcial y popular.
Las bandas de varones se distinguían de las demás por estar presididas por un grupo de jóvenes, por lo regular los más altos del plantel, llamados Gastadores, quienes marchaban en formación realizando figuras corporales y poses estáticas que deleitaban al público presente que abarrotaba la Plaza Mayor, sobre la 6ª calle, frente al Palacio nacional, y calles y avenidas contiguas por donde transitaba aquél desfile.
Era hermoso ver aquél grupo de jóvenes, vestidos a la usanza de gala militar, de birrete y pompón, de cordones blancos y azules que se atravesaban de una hombrera a otra del traje negro, de cinturones y guantes blancos, marchar con paso lento, acompasado, por momentos estático, marchando en círculos, en diagonal, en pequeños grupos de tres, inclusive hacia atrás. Desde mi candor de niño deseaba crecer y convertirme yo también en un gastador, pero la fortuna no me favoreció con la altura necesaria y mi deseo se quedó estático, como las poses que ensayaban aquellos casi héroes de mi infancia.
El desfile acababa al filo de las dos de la tarde, momento en el que el presidente de turno saludaba por última vez desde el balcón presidencial. Las bandas escolares concluían su recorrido ingresando a las instalaciones de sus respectivos planteles (al menos los que se ubicaban en el centro de la ciudad) donde ejecutaban una última pieza. La televisión cerraba su transmisión emitiendo las gloriosas notas de nuestro Himno Nacional.
Año tras año esta fiesta se repite y, año tras año, un pequeño niño sueña con crecer y convertirse un día en un admirado, querido y respetado gastador.
Pero mi patria no sólo conoce de festejos al estilo militar disfrazados de civismo, también sabe de hijos suyos que labran la tierra, enseñan en los salones de clases, curan y alivian los males que aquejan al pueblo, construyen, pilar a pilar, el futuro del país y revisten de belleza cada rincón del suelo patrio con sus trazos, versos y pentagramas, como ese apreciado amigo de todos, Nelson Leal, quien un día reunió a varios de los músicos y cantantes más queridos y respetados para entonar juntos una hermosa muestra de su amor por Guatemala: su canción Orgulloso de ser Chapín.
Nelson Geovany Leal Chávez nació el 31 de marzo de 1967 en la ciudad de Zacapa, cabecera departamental de Zacapa, Guatemala. Es Licenciado en Publicidad, así como Licenciado en Historia y Magister en Filosofía.
Su vinculación con los medios artísticos y de comunicación comienza en 1989 como compositor, productor y director de jingles para radio y televisión, himnos empresariales y organizacionales, sencillos y producciones musicales completas para otros artistas como Rebesalsa, Malacates Trébol Shop y Celia Recinos entre otros, actividades que continúa realizando hasta la fecha. También es actor de teatro, productor y conductor de radio y televisión, animador de eventos y productor publicitario.
Como actor de teatro a participado en obras para niños como: Aladino (1996), El libro de la Selva (1997) y La Sirenita (1998), además de escribir y componer el especial teatral - musical La Noche de los Deseos, de las Luces Campero, de la empresa Pollo campero, en el año 2000. En teatro para adultos actuó en: Líos de Hotel (2000), Eran tres los inocentes (2003) y Hazte el quite Doña Queta (2005).
En radio ha sido creador, productor y conductor de los programas: La Carreta (Alfa Súper Estéreo, 2000), El Club del Panadero Olmeca (Emisoras Unidas, 2001-2003), El Escape (La Grande, 2002-2004), A todo dar (Yo sí Sideral 1996-1998/2001 a la fecha), Entre usted y yo (Emisoras Unidas, 2005) y Para Servirle a Usted (Emisoras Unidas, 2005 a la fecha).
Como creador, productor y conductor de televisión a participado en los programas: Animador de la promoción televisiva El Acumulador, de la cadena de tiendas La Curacao y sus patrocinadores (1999-2000), La Feria de la Alegría (Canal 3, 1998-2000) y De Fiesta con Nelson Leal (Guatevisión).
Además de lo ya mencionado, Nelson ha dictado conferencias en varios países de Latinoamérica sobre Las Artes Escénicas y su Combinación con la Música para Aplicarlas a la Radio y la Televisión.
A lo largo de estos años, suman ya 40 el total de producciones musicales en las que Nelson ha participado.
En 1991 funda la primera escuela nacional de Animadores de Hotel (G.O.´s), en Antigua Guatemala, Sacatepéquez, que dirige hasta 1995, año en el que representaba por segunda ocasión consecutiva el personaje de Santa Claus en el Teatro al Aire Libre del parque recreativo IRTRA Petapa, en la Ciudad de Guatemala.
En 1995 participa como compositor, representando a Guatemala, en el Festival OTI, celebrado en Asunción, Paraguay, con la canción Siéntelo. Ese mismo año recibe el premio único "Francisco Vittoria", en la categoría de composición por Timoteo está hincado, organizado por la procuraduría de derechos humanos del arzobispado de Guatemala. Tres años más tarde, en 1998, participa en San José de Costa Rica, en el Festival OTI, con la canción Sueños de Smog, con la que obtiene el 5º lugar del certamen.
En 1996 compone la canción Bienvenido, dedicada y cantada al Papa Juan Pablo II durante su segunda visita a Guatemala. En 2002 la historia se repite, y su canción El encuentro de los peregrinos es seleccionada para servir de homenaje a Juan Pablo II, en su tercera visita a tierras chapinas, con motivo de la canonización del Beato Hermano Pedro de San José de Betancurt.
Durante la realización del Teletón 99 (en Guatemala), organizado por FUNDABIEM y los canales de televisión 3 y 7, se reúne con los más importantes cantantes guatemaltecos del momento, para interpretar, conjuntamente, la canción Flor de Luna, de su autoría.
Con motivo de la realización de los VII Juegos Deportivos Centroamericanos, celebrados en Guatemala, la empresa Pollo Campero lo invita a participar como cantante en el video promocional y de homenaje al evento. En esa misma ocasión es invitado por el comité Organizador de dichos juegos para interpretar el Himno Oficial del certamen, en su inauguración y clausura.
En 2004, su canción Positivo es adoptada como Himno Oficial de la Lucha Contra el SIDA en Guatemala.
Su producción discográfica cuenta con dos álbumes de estudio: Huellas, lanzado en 1997, y Leal y orgulloso de ser chapín, que salió al mercado en 2008; en este último aparece como décima y última canción Orgulloso de ser chapín.
En 2010, Nelson produce, en asociación con GUATEVISIÓN y Mr. Music, el video clip Orgulloso de ser Chapín, para lo cual invita a participar a músicos de la talla de: Otto Santizo, Paulo Alvarado, Alex Salazar y Maco Barrios, del Cuarteto Contemporáneo, Álvaro y Ranferí Aguilar, de Alux Nahual, Leonel Hernández, de Malacates Trébol Shop, Arturo Xicay, Lester Godínez, Tavo Bárcenas, Ledy Contreras, Esdras Ramos Jr., Rosse Aguilar, Fernando Pérez, Noel Ulín, Roberto Estrada, Pablo Collado, César Sazo, Bob Porter y Miguel Ángel Villagrán (Malín); y los cantantes y agrupaciones: Rodrigo Zarco, de El Clubo, Duke, de Gangster's, Omar, de Viernes Verde, Aneliese Maggermanns, de Octavo Elemento, Pablo Cristiani, de La Gran Calabaza, Bryan, de Mamboteros, Francisco Páez, de Malacates Trébol Shop, Héctor Sandarti, Fabiola Rodas, Fernando Schell, Annaby, Carlos Peña, Magda Angélica, Tavo Bárcenas, Gloria Cáceres, Rodolfo Castillo, Shery, Pamela Rottman, Fernando Solares Jr., Rebesalsa, Colibrí, Lico Vadeli, Kristy Motta, Julio Melgar, Miroslava, Paco y Karla Calvillo, Carlos Catania, Alejandro Vidal, Gaby Moreno, Mario Mejía, Sofía, Luis Galich, Elízabeth, Dúo Sway, Noris Barrios y Proyecto Suburbio, con arreglos de Roberto Estrada. Esta producción ha llegado a países como Australia, Bélgica, España, Inglaterra, Canadá, Bolivia, Chile, y varias ciudades de Estados Unidos.
Gracias a su incansable trabajo y constante perfeccionamiento, se ha hecho merecedor de varios reconocimientos, tales como: Premio Jade por mejor interpretación del personaje mexicano Pancho Villa, versión enchilado, en un comercial patrocinado por los canales 3 y 7 de Guatemala (1996); Arco Iris Maya, como mejor Compositor Original con Mensaje (1998); el homenaje del Instituto Angélica Rosa, por su aporte realizado al mundo teatral - musical en Guatemala (2000) y el Premio Aj Tukil Tzij, de la Cámara de Locutores Profesionales de Guatemala como Actor - Locutor destacado (2003).
Para quienes, como yo, la vida y sus impredecibles vueltas ha alejado de la patria, por exilio, trabajo o búsqueda de la felicidad, en un nuevo horizonte, en un nuevo país, escuchar y ver a Nelson y sus amigos interpretando con tanto orgullo y amor por Guatemala Orgulloso de ser chapín, nos lleva, por unos instantes, de vuelta al suelo que nos vio nacer, y a sentir de nueva cuenta su palpitar bajo nuestros pies, a ritmo de son y marimba, con aroma a tortilla, tamal y café, mientras los ojos se nos van llenando de su eterna primavera, con las más bellas imágenes de nuestra tierra, y a la vez, de lágrimas por esa lejanía que un día romperemos, cuando, al descender de un autobús o un avión, gritemos a los cuatro vientos, ¡Guatemala, patria mía, cumplo con la palabra que un día te di... he vuelto!
Ahora comparto con ustedes, mis queridos lectores, el video oficial de Orgulloso de ser chapín y, como un obsequio especial, dejo para su descarga el mismo video, en virtud de encontrarse éste bajo derechos de libre difusión, distribución y descarga, según su autor y productores.