Llueve, es otoño contigo.
Es otoño si nos abrazamos a medianoche porque empieza a hacer frío, si nos bebemos la vida bien caliente antes de acostarnos.
Llueve, y a cada gota que cae en el suelo te doy un beso, y a instantes nos perdemos, desaparecemos.
Cada gota que cae suena mejor y me encanta escuchar tu voz mezclada con la lluvia. Suenas a melancolía pero sonríes. Suenas mejor al oído, cuando de pronto te beso.
Aprieta la lluvia y te envuelvo, observamos por la ventana la vida y el reloj se frena. Aspiro tu cuello y me llenas. Cierro los ojos y aún te siento. Te giras, me besas, y el reflejo, bañado por la lluvia, sonríe, y aprecia más el calor humano que el de un verano reacio a marcharse.
Ay otoño… de besos y caricias, de lluvia que abriga, que calma, que quita las espinas. Otoño de café caliente y de ti, de desnudarte y enredarte entre sábanas, de sentirnos y olvidarnos, de perdernos. Otoño de árboles de colores y silencios, de calles vacías, de cuerpos llenos.
Llueve, llueve contigo.
Llueve siempre que pienso en ti.